Las costosas asimetrías de ChileCompra

EDUARDO DEL SOLAR

Más de 112 mil proveedores operan anualmente con la Dirección de Compras y Contratación Pública (Chilecompra). De ellos, el 96% son micro, pequeñas y medianas empresas, siendo el Estado un cliente fundamental para este sector con transacciones cercanas a los casi US$ 8.000 millones.

Considerando el complejo escenario económico que vive el país, es de suma urgencia actualizar las condiciones de los contratos que rigen esta relación comercial y que están generando problemas de operación y liquidez a miles de PYME. Estos convenios están teñidos de distintas asimetrías. Una de las más relevantes es la nula reajustabilidad que les otorgan a las empresas, por la variación del dólar, inflación y costos de fletes, que tras la pandemia son tremendamente relevantes en el precio de las mercaderías.

“Lo que vemos nos hace pensar que ChileCompra no tiene como prioridad impulsar ni apoyar a las pequeñas y medianas empresas, queriendo sacarlas del mercado para concentrarlo solamente en las grandes”.

Es así como las empresas que se adjudicaron -con anterioridad a este Gobierno- contratos de largo plazo, se han visto impedidas de traspasar estas alzas. Esta práctica se ha mantenido durante la actual administración, ya que las licitaciones de Chilecompra -para contratos con duración de 24, 36, 48 meses y más- no incorporan reajustabilidades conforme a la situación actual, aun a sabiendas de que los seguros de tipo de cambio son a 12 meses como máximo.

Lo expuesto nos hace pensar que este organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda, no tiene como prioridad impulsar ni apoyar a las pequeñas y medianas empresas, queriendo sacarlas del mercado para concentrar este solamente en las grandes que, con mayor liquidez y espaldas financieras, son capaces de enfrentar estas condiciones, las cuales dada la crisis inflacionaria y también cambiaria nos parecen abusivas.

Este actuar no se condice con lo expresado por su directora en la cuenta anual, en la que enfatizó que uno de sus principales desafíos para este 2022 era la profundización del Plan de Apoyo a las Mipymes -que venden sus productos y servicios a los organismos públicos-, para una mayor participación en las oportunidades de negocios. Sin embargo, con las actuales reglas del juego esta meta peligra de quedar sólo en el papel, lo mismo que el slogan de la campaña del Presidente Gabriel Boric de ser “el gobierno de las PYME”.

Es importante destacar que estas dificultades trascienden a las empresas, afectando también a sectores sensibles para la población, como la salud, ya que los hospitales del país se abastecen principalmente a través de Chilecompra. Un colapso, por ejemplo, de PYME proveedoras de dispositivos médicos pondría en riesgo la seguridad de los pacientes, al escasear la disponibilidad de productos.

Es por ello que dada la crisis que vive el país, urge constituir una mesa de trabajo -con representantes del Ejecutivo, organizaciones de PYME y, si fuera necesario, el Congreso- que permita dar una pronta solución a estos problemas.