La Patagonia de Obama
Clemente Pérez Abogado, Máster en Políticas Públicas
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Clemente Pérez
Es realmente impresionante ver el capítulo sobre “Nuestros grandes Parques Nacionales” en Netflix, relatado por el exPresidente Barack Obama, destacando las áreas protegidas chilenas en la Patagonia.
Pero no sé si seremos capaces de preservar adecuadamente este tremendo activo ambiental. La Patagonia se está desmembrando en miles de parcelas de agrado. Ante los ojos pasivos de las autoridades ambientales y ante la ausencia de una solución normativa adecuada, se ha venido agudizando la subdivisión y loteo de miles de parcelas de 5.000 m2, al amparo del DL 3.516, como supuestas parcelas agrícolas. Sólo el año pasado hubo más de 7.000 subdivisiones en la región de Aysén. Una gran parte de ellos son núcleos urbanos al margen de la planificación territorial, que debían someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y no lo han hecho.
“Donde hoy existen los más bellos parajes de nuestra Patagonia, pronto habrá cercos, pasto, perros y motos de agua”.
La venta de parcelas por internet se ha disparado en los últimos años, de retiros y teletrabajo. Todos prometen ser muy verdes y “eco algo”, pero lo cierto es que cuando se ejecuten, donde hoy existen los más bellos parajes de nuestra Patagonia, justo al frente de los parques del documental de Obama, pronto habrá cercos, pasto, perros y motos de agua.
Pasan los años, las coaliciones de gobierno alternan de color, y no hemos sido capaces de presentar una forma de regulación del territorio que permita conciliar los legítimos sueños de muchos por contar con terrenos más amplios y en contacto con la naturaleza, con las necesidades de un ordenamiento territorial adecuado.
Afortunadamente, algunos proyectos de subdivisión rural están incorporando áreas de preservación, con derecho real de conservación, y con exigencias establecidas en sus reglamentos de copropiedad, del tipo prohibir cercos, regular sistemas de recolección de residuos, restricciones arquitectónicas y de vehículos de que generan ruidos molestos. En estos casos se logra un premio por parte de los compradores. Se trata de un proceso de auto regulación que está ocurriendo, ante la mirada pasiva de las autoridades.
Volviendo a los parques nacionales del documental, tampoco queda claro si seremos capaces de preservarlos adecuadamente. Hoy la administración de las áreas protegidas se encuentra repartida en cinco ministerios. Desde hace más de 10 años se discute en el Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). Se han recibido miles de indicaciones, y aún no se logra aprobar esta iniciativa, que creará un Servicio público que estará a cargo de las diversas áreas protegidas, que promoverá la conservación ambiental en áreas no resguardadas, y que contará con mayor dotación y recursos que la actual Conaf (que en estricto rigor, es una Corporación privada). No puede ser que nos demoremos más de 10 años en sacar adelante esta reforma.
El documental que presenta Obama valora y promueve a nivel mundial, como nunca se había hecho, la red de 24 parques chilenos en la Patagonia. Pero aunque suelo ser optimista, reconozco que se me ha ido pasando. Ya no sé si seremos capaces de conservar bien los regalos que como país hemos recibido.