La batalla inflacionaria II
JORGE SELAIVE Economista Jefe Scotiabank y Académico FEN U. de Chile
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JORGE SELAIVE
La inflación registrada a inicios de este año ha sorprendido con algunos incrementos de precios más allá de lo anticipado, junto con reajustes por inflación pasada, aunque concentrados en productos volátiles. El traspaso cambiario de la depreciación del peso se ha visto de manera opaca en algunos productos. El Informe de Percepción de Negocios da cuenta de la dificultad de traspasar el incremento de costos a precios finales, coincidente con lo visto en la canasta de precios. La inflación se ubica en 3,5% anual y las expectativas apuntan a que terminaría en torno a 3,8% en diciembre. Por ahora, nadie cuestiona la convergencia inflacionaria al objetivo de 3%.
La batalla inflacionaria tiene dos tiempos este año, y espero que el segundo sea el más épico. En el primer tiempo no jugó el delantero goleador: vimos un peso débil sometido a operaciones que se beneficiaban de los diferenciales de tasas de interés, en un contexto donde las políticas monetarias mostraban similares direcciones, pero distintas intensidades. Pero antes de que terminara el primer tiempo, ha entrado el goleador: el peso chileno ha mostrado una rápida apreciación que se puede explicar por factores locales y externos.
“En el ‘primer tiempo’ de esta batalla vimos un peso chileno débil sometido a operaciones que se beneficiaban de los diferenciales de tasas de interés, pero luego la moneda ha mostrado una rápida apreciación que se puede explicar por factores locales y externos”.
Por un lado, el precio del cobre se ha incrementado cerca de un 30% desde mediados de febrero. Asimismo, las cifras de actividad e inflación en Estados Unidos han calmado en algo la percepción de agresividad por parte de la Fed. Localmente, la recuperación del crecimiento económico ha evidenciado elementos transitorios, pero también algunos de carácter algo más permanentes, que reafirman que Chile estaría camino a una expansión del PIB cercana al 3% y, por qué no, quizás algo superior.
Este goleador asegura siempre goles. Cuestionado en el pasado por algunos, siempre ha mostrado su virtud ambidiestra. Desde fines de febrero su pase ha aumentado 10% al ser comparado con otras monedas. Aquellos que se beneficiaban de su ausencia en la cancha, han retirado de manera agresiva sus apuestas. ¿Los sacará del partido el Banco Central?
Primero, espero que lo deje hacer sus goles. Dudo que tengamos una renovación del proceso de acumulación de reservas internacionales antes de algunos goles desinflacionarios y, ciertamente, un nivel del tipo de cambio real más acorde a la mejor posición cíclica. De especial atención será ver qué tan permanente es la mejora en los términos de intercambio.
El mercado ha internalizado con mayor probabilidad algún registro negativo para la inflación durante los próximos meses. Algo lejano de ver hace tan sólo un par de meses. Estimo que la caída de la inflación podría incluso ser algo más intensa y sorpresiva de lo plasmado en el precio de los activos, toda vez que, ante la débil demanda, las empresas podrían privilegiar ventas sobre márgenes.
Con todo, la batalla inflacionaria estaría pronto a ser ganada. Un cierre de la reforma de pensiones con acuerdos de consenso también colaboraría en un ambiente percibido aún como incierto por las personas y los empresarios. Respecto a la reforma tributaria, avanza por etapas, pero camino a ir construyendo una recaudación adicional creíble y lograble. Sería notable ver a esos goleadores entrar a la cancha apoyando al solitario peso.
Ha entrado otra preocupación de cara al próximo partido. Para varios observadores, existe riesgo de temporal y siempre en esas circunstancias el refugio es el dólar. Ojalá que cuando llegue, el partido contra la inflación esté superado por goleada, porque cuando llueve, Chile siempre sale muy mojado.