José María Castillero
Es un hecho que el mundo actual cada vez está más interconectado, y que las nuevas tecnologías de la comunicación y del transporte están provocando una revolución en los sistemas productivos de todos los países y abriendo una nueva era en la globalización de productos y servicios.
En esta nueva era en la que vivimos, la internacionalización de las empresas ya no es sólo cosa de las grandes multinacionales ni de los países desarrollados, por lo que es momento de sumar todas las fuerzas y potencial de los chilenos, para que puedan alcanzar una posición destacada en el futuro que se avecina. Chile pretende ser un país desarrollado en la próxima década y para ello es preciso fomentar la innovación e internacionalización de sus empresas, así como de las filiales de otros países que pueden usar Chile como plataforma para abordar otros mercados latinoamericanos y de la región Asia-Pacífico.
En este sentido, España como primer inversor en Chile con una inversión directa acumulada de US$ 10.504 millones invertidos entre 2009 y 2012, según datos del CIE (Comité de Inversiones Extranjeras) mantiene con el país una estrecha relación que puede y debe intensificarse más en los próximos años en beneficio de ambas economías.
Por ello, desde el Grupo Inzamac Chile, y la Cámara Oficial Española de Comercio de Chile, surgió hace ya más de un año la iniciativa de organizar un encuentro que reunirá el próximo 20 de agosto en el Edificio Telefónica a más de 200 empresas chilenas y españolas, para reflexionar sobre el grado de internacionalización de la empresa y economía chilena, y así poder afrontar estos retos que hoy configuran el presente y futuro que próximamente viviremos.
Lo que buscamos con este tipo de instancias es aportar con un grano de arena para fomentar el emprendimiento y la innovación hacia el exterior, tanto de las medianas y grandes empresas chilenas, como de filiales de compañías españolas que operan en el país y pueden proyectar su conocimiento y experiencia en la realización de negocios a nivel internacional.
Sólo potenciando estos procesos de innovación e internacionalización se podrán alcanzar mejoras en la productividad, competitividad y creación de nuevos negocios que contribuyan decididamente a mejorar las condiciones de los ciudadanos de Chile, y que el país pueda avanzar por la senda tan deseada del desarrollo.