Incendios: No repitamos los errores del pasado
Iván Poduje Arquitecto urbanista, socio de Atisba
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Iván Poduje
Si nos remitimos a la experiencia, tres cosas debieran ocurrir luego de la catástrofe de Viña del Mar. La primera es que los damnificados se moverán más rápido que el Estado y volverán a levantar sus casas en las mismas quebradas sin accesos o redes sanitarias. También sabemos que esta tragedia saldrá de agenda y que perderá prioridad política. Por último, es muy probable que el próximo verano se produzcan nuevos incendios en Viña del Mar y Quilpué.
Los gobiernos suelen omitir estos hechos y comenten varios errores. El primero es apelar a la solidaridad del chileno, para organizar campañas, donaciones y votos, lo que supone el desembarco de fundaciones y ONG que, en su afán de ayudar, tienden a consolidar la precariedad llenando la zona de mediaguas y asistentes sociales.
“¿Qué hacer? El ejemplo a seguir es la reconstrucción post 27-F: evitar el asistencialismo ‘mediagüero’, las comisiones, los dream teams de expertos y los planes demasiado ambiciosos que podrían no terminar en nada”.
El segundo error es armar un comité interministerial para elaborar un ambicioso plan de Reconstrucción con sesudos expertos. Se pierde un año en el diagnóstico de los daños. Otro año en formular el plan que “aprovechará esta crisis como oportunidad”. Luego tres años en aterrizar esas voladas generando proyectos viables de ejecutar, evaluar y construir. En ese lapso casi toda el área dañada habrá sido reconstruida precariamente.
Le agrego otro punto que temo ocurrirá: nunca daremos con los responsables de este incendio si no reformamos nuestro sistema de inteligencia.
¿Qué hacer, entonces? El ejemplo a seguir es el proceso de reconstrucción del 27-F. Al comienzo se cometieron los mismos errores. Asistencialismo “mediagüero”, comisiones, dream team de expertos, y planes ambiciosos que podrían haber terminado en nada, de no haber sido por el cambio de ministro de la Vivienda. Cuando llega Rodrigo Pérez Mackenna el Gobierno mete primera, despeja todo ese humo y arma una fuerza de tarea orientada a los resultados, aprovechando al máximo las capacidades del Estado.
Otra clave fue diseñar soluciones acordes con la realidad del damnificado. Si era dueño de su terreno había un camino. Si eras allegado, otro. Si estabas en un campamento, un tercero y así sucesivamente. Pérez Mackenna convocó a empresas constructoras para que ofrecieran soluciones sin ningún complejo sobre el rol de la empresa, no para donar plata, sino que para poner toda su creatividad en levantar obras de calidad en el menor tiempo posible.
Para que esto ocurra, es clave el apoyo político. No existe respuesta post 27-F sin Sebastián Piñera, que estuvo encima del proceso, instruyó medidas para saltarse la burocracia y estresó al máximo las capacidades de sus equipos, fijando metas de reconstrucción mensuales que monitoreaba con su ministro. Las condiciones del desastre de Viña son distintas, y pese a que los damnificados son menos, la complejidad del territorio es mayor. Además, el tiempo corre en contra.
En un año tendremos otro verano con condiciones propicias para que se desate una nueva tragedia, sobre todo si no damos con los responsables de los incendios intencionales que han sido denunciados por alcaldes, bomberos y militares.