Es hora de acelerar la transición energética
John Thornhill© 2022 The Financial Times Ltd.
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John Thornhill
Las aterradoras inundaciones de las últimas semanas en Pakistán, que han causado la muerte de 1.400 personas y el desplazamiento de otros 40 millones, han sido calificadas como la “catástrofe climática de la década”. El temor es que estas catástrofes sean cada vez más frecuentes y letales conforme se calienta el planeta. Pero algunos expertos en medio ambiente están convencidos de que tenemos los conocimientos tecnológicos para combatir la amenaza. Entonces, ¿cómo podemos movilizar nuestros esfuerzos colectivos con la velocidad y magnitud necesarias?
Políticos, investigadores medioambientales, financieros y tecnólogos abordaron este problema en una conferencia de gran alcance sobre cambio climático y biodiversidad celebrada la semana pasada en Londres. Allí surgieron tres grandes retos para las acciones colectivas; o se pueden considerar oportunidades, para ser más optimistas.
“Tenemos los conocimientos tecnológicos para combatir el cambio climático; ahora tenemos que movilizarnos para utilizarlos”.
Son las tres C de colaboración, competencia y comunicación. Los gobiernos deben llevar a cabo reformas sistémicas que creen incentivos para que las empresas y los consumidores tomen decisiones diferentes. Las empresas tienen que innovar para ofrecer productos más limpios, más baratos y mejores. Y los científicos y activistas deben mantener el impulso político con conocimientos y campañas.
Hay muchos ejemplos alentadores de colaboración entre los sectores público y privado para acelerar la inversión verde. La industria eólica marina del Reino Unido, ya cubre las necesidades energéticas de un tercio de los hogares británicos. A través de su mecanismo de garantía de precios y subastas, la financiación pública temprana y la flexibilidad regulatoria, el gobierno británico ayudó a reducir el riesgo de la inversión del sector privado, provocando un crecimiento impresionante. Para 2021, el Reino Unido representaba el 22% de las instalaciones eólicas marinas del mundo, sólo superado por el 47% de China.
La competencia entre los proveedores de energías renovables ya ha reducido los costos y aumentado la eficiencia de las tecnologías eólica, solar y de baterías en un grado sorprendente. Los recursos energéticos limpios generaron el 38% de la electricidad mundial en 2021, frente al 36% procedente del carbón, según el centro de estudios Ember. Para tener una oportunidad de mantener el calentamiento global por debajo del techo fijado, Ember predijo que las industrias eólica y solar necesitarían mantener tasas de crecimiento compuesto del 20% cada año hasta 2030. Estas cifras parecen muy ambiciosas, pero se lograron durante la década anterior.
El tercer gran reto es la comunicación, especialmente cuando se trata de la biodiversidad. Los científicos aprovecharon la oportunidad para debatir sus investigaciones en la reunión de la COP26 celebrada en Glasgow el año pasado. El Informe Dasgupta del año pasado sobre la economía de la biodiversidad marcó un hito al asignarle un valor al “capital natural” del planeta. La naturaleza debe considerarse un activo muy valioso, no sólo una mercancía económica.
Con el aumento de los precios de la energía provocado por la guerra de Ucrania, es tentador para los políticos volver a depender de los combustibles fósiles. Una respuesta mucho mejor sería acelerar la transición energética verde y garantizar la reducción de las emisiones de combustibles fósiles. La tragedia de Pakistán pone de manifiesto el costo de tomar una decisión equivocada.