Dos premios Nobel para la IA
JUAN CARLOS EICHHOLZ Socio fundador de Adapsys y profesor UAI
- T+
- T-
JUAN CARLOS EICHHOLZ
Socio fundador de Adapsys y profesor UAI Nombrados ya los ganadores de los seis premios Nobel 2024, podríamos decir que, por primera vez en la historia, la inteligencia artificial se llevó dos de ellos, el de Física y el de Química. Es cierto que los laureados son seres humanos, pero en el corazón de ese reconocimiento está la IA. Veamos.
El de Física fue otorgado a John Hopfield y Geoffrey Hinton, que están entre los principales precursores de la IA por su trabajo en el desarrollo de las redes neuronales, que permiten a sistemas artificiales simular el funcionamiento del cerebro humano. Hinton, de hecho, es reconocido como el padre del aprendizaje profundo, al agregarle capas a esas redes neuronales.
¿Qué nos están diciendo los premios de este año? Lo que todos sabemos, pero nos cuesta asimilar: el desarrollo tecnológico está acelerándose cada vez más, derribando uno tras otro los paradigmas sobre los que hemos construido nuestro modo de vida.
El de Química lo obtuvieron David Baker, Demis Hassabis y John Jumper, por descifrar las sorprendentes estructuras de las proteínas. Mientras que el primero construyó nuevas proteínas, los otros dos resolvieron un problema que ha ocupado a los biólogos por 50 años: predecir esas complejas estructuras proteicas. ¿Cómo lo hicieron? Desarrollando un modelo de IA que permitió analizar las millones de posibles conformaciones de una proteína.
Pero la historia va más allá de los titulares. Hassabis y Jumper tienen 48 y 39 años, respectivamente, y trabajan en DeepMind -el primero es su cofundador-, un laboratorio de investigación de IA creado en 2010 y adquirido por Google en 2014. Y ocurre que Hinton también trabajó para Google, desde donde apoyó el desarrollo del modelo de IA de aprendizaje profundo de DeepMind. Él tiene 76 años y su carrera de investigador la hizo en la Universidad de Toronto, lo tradicional en un científico, pero no por nada estuvo en Google desde 2013 a 2023, cuando decidió retirarse y poder hablar más libremente sobre los riesgos y desafíos de la IA.
¿Qué nos están diciendo los premios Nobel de este año? Lo que todos sabemos, pero nos cuesta asimilar: el desarrollo tecnológico está acelerándose cada vez más, derribando uno tras otro los paradigmas sobre los cuales hemos construido nuestro modo de vida. La ciencia avanzada ya no es patrimonio de las universidades y se está incubando hoy en las grandes empresas tecnológicas. Las carreras profesionales que están impulsando el progreso de la humanidad ya no son las de antaño, para lo que basta revisar lo que han estudiado estos tres galardonados: ciencias de la computación, ciencia cognitiva, sicología cognitiva, neurociencia, inteligencia artificial, además de física, química y matemáticas. Y el cerebro humano ya no es -o pronto dejará de ser- el sistema con mayor capacidad analítica en nuestro planeta.
Sin ir más lejos, esa IA es la que nos llevará a la conquista de otros planetas, y una demostración de eso fue la hazaña de ingeniería que presenciamos hace unos días. Mientras en Chile nos miramos el ombligo hundiéndonos en un pantano de estiércol -hay que decirlo-, el cohete de propulsión de la nave espacial Starship, de Elon Musk, volvió por sí solo a instalarse de vuelta en su torre de lanzamiento, gracias a la IA.
El premio Nobel 2024 reconoció el trabajo de quienes han dado origen a la IA y de quienes han sabido aplicarla a problemas que las mejores mentes humanas no habían podido resolver. ¿Cuánto falta para que el galardón sea entregado directamente a la IA, así como la revista Time la reconoció personaje del año en 2022? Menos de lo que pensamos, de seguro.