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Columnistas

Confiar para Innovar

Cristián Montero

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 1 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.

En Chile nos cuesta innovar, pero no por falta de capacidades técnicas. Contamos con abundancia de profesionales de primer nivel y en algunas industrias tenemos procesos altamente complejos. La técnica juega su parte en innovar, pero en nuestro caso el problema es más fundamental: nos cuesta confiar unos en otros y en nuestras capacidades.


En 1834 -en su viaje por el mundo del cual nacería su innovadora teoría evolucionista- Charles Darwin estuvo en una ciudad agrícola chilena donde fue invitado a una recepción. Ahí, un compatriota le señaló: "me parece muy mal lo que usted anda haciendo aquí, recopilando toda clase de basuras, tiene que haber gato encerrado. Su rey no puede ser tan rico para financiar este tipo de cosas". Al parecer, en esto no hemos cambiado tanto en los últimos 170 años!


El cultivo de confianza entre actores es la clave para desatar espacios de innovación en los negocios. Iniciativas como el desarrollo de soluciones a problemas de la minería se basan en sentar frente a frente a quienes experimentan algún problema en sus operaciones, con quienes -desde sus capacidades y experiencias- pueden ayudar a configurar las vías de solución. Esto no se logra sin cultivar primero la confianza.


"Confesar" un problema con el que convivo hace tiempo no es diferente a buscar apoyo profesional en una crisis matrimonial. Escuchar y legitimar a quien tengo al frente también requiere una apuesta de confianza sin demasiadas garantías iniciales.


Una de las claves para el desarrollo de nuestras industrias y el incremento de la baja productividad, está en el cultivo de relaciones de colaboración entre empresas y proveedores. Perseverar en relaciones transaccionales y pobres es la forma de perpetuar una cultura adversa a la innovación.


Darwin coleccionó durante años problemas biológicos sin solución en su época. Esta es una de las dos claves metodológicas para innovar una vez establecida una base de confianza (coleccionar problemas sin solución y buscar nuevas prácticas). ¿Cuántas empresas en nuestro país confían en pagarle a su gente para que coleccione problemas sin solución o identifique prácticas ajenas a su industria? Si no comenzamos ahora a construir capital de confianza, nos quedaremos atrapados en el valle de los productos primarios y de los retornos decrecientes.

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