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Conexión a China | China, la crisis y una sociedad en vida digital

Fernando Reyes Matta Exembajador, director Centro de Estudios de China, Universidad Andrés Bello

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Martes 18 de febrero de 2020 a las 04:00 hrs.
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Fernando Reyes Matta

Entre el dinero y el miedo siempre hay un péndulo que se mueve con mayor o menor intensidad según tiempos y circunstancias. Ahora se balancea fuerte. Y ahí están las bolsas de influencia internacional impregnadas de incertidumbres, preguntándose cómo vendrá el futuro en China, porque la apuesta del gobierno de Xi Jinping ha sido clara: lo primero es salvar a la gente y contener la epidemia en un área tan controlada como sea posible. La economía, ya se verá después cómo se manejan las consecuencias.

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Pero las grandes empresas del mundo digital vieron las cosas con otra perspectiva, y por eso se suspendió el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona programado para el 24 de febrero. Primero se restó la coreana LG, pero pronto se sumaron las estadounidenses AT&T, Intel, Cisco, Sprint y Facebook. Los fabricantes de celulares, como Sony, TCL y HMD hicieron lo propio y el anuncio de Nokia, Eriksson, Vodafone, Deutsche Telekom doblegó a los organizadores. 500 millones de euros en pérdidas tanto en el congreso mismo como en el entorno de hotelería, restaurantes y servicios en esa capital. Se esperaban 100.000 participantes y 2.800 empresas de todo el mundo.

En España ya discuten si aquello fue sólo el miedo a los posibles contagios de coronavirus o hubo algo más. Porque hay preguntas obvias: ¿por qué otros eventos internacionales como la Feria Internacional de Imagen y Sonido en Amsterdam (con varios de los mismos participantes) o la Semana de la Moda en París no se han suspendido? A comienzos de mes aún circulaba por las redes la invitación de Eric Xu, vicepresidente en Huawei, para realizar en Barcelona un gran evento el día 23, en su campaña estratégica: “5G se está preparando y está listo para su comercialización en todo el mundo. Si bien el 5G enriquece la vida de las personas, también inyectará una nueva vitalidad en la digitalización de todas las industrias e impulsará el avance de las sociedades y las economías”. Todo eso quedó en nada.

Pero, paradojas del momento, si las aplicaciones de 5G venían incrementándose aceleradamente en China, ahora, con la crisis, este sistema y los aparatos de la generación anterior se han convertido en la columna vertebral de la vida para sus casi 1.400 millones de habitantes. Obligados a estar en sus casas, con una disciplina social sorprendente, todas las interacciones entre las familias, entre funcionarios, profesionales y académicos se han convertido en una ebullición por Internet. Para los chinos la crisis les ha demostrado cuánto pueden hacer usando las redes: para comentar, para preguntar, para solucionar problemas básicos. También para discutir lo que les ocurre, lo que no es fácil.

Es cierto, muchos negocios pequeños y medianos están al borde de la quiebra. Los abastecimientos se han resentido. Pero algo nuevo está pasando. Las universidades han decidido hacer las clases online. Lo que vive China como país la está transformando, porque la crisis se ha convertido en una inédita experiencia de vida digital. Y con ella saldrán al encuentro del mundo cuando la tormenta haya pasado.

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