¿Pueden ser anticompetitivos los descuentos?
ANA MARÍA MONTOYA Economista, Red ProCompetencia
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Ana María Montoya
En una encuesta de la Red Pro-Competencia a expertos del derecho y la economía, uno de los puntos principales fue la diferencia entre la detección y las sanciones de prácticas unilaterales, respecto de los casos de colusión. Las primeras son aplicadas por una firma con independencia de sus competidores, con el objetivo de obtener poder de mercado y excluir a la competencia, para así obtener mayores rentas.
Si el desafío se debe en parte a la dificultad para investigar y probar que dichas conductas son anticompetitivas -a diferencia de los casos de colusión-, sucede también porque el efecto de estas prácticas en muchos casos no es evidente. A esto se suma que, en caso de sancionar prácticas que no son realmente anticompetitivas e impliquen mayores descuentos para los consumidores, se puede terminar distorsionando los mercados, restringiendo políticas comerciales que impriman un mayor dinamismo y generen beneficios para los consumidores.
En este marco se inscribe la indicación que busca prohibir que las tiendas de departamento hagan descuentos a los consumidores que pagan con sus propias tarjetas de retail, la cual se ha identificado como una potencial práctica de “venta atada” anticompetitiva, entre una empresa del giro emisor de tarjetas y el canal de retail. El tema es de gran relevancia y, por lo mismo, se espera una discusión que se centre realmente en el bienestar de los consumidores.
La pregunta relevante es si es posible traspasar poder de mercado desde el área financiera de un conglomerado a la comercialización de su tienda de departamento. La respuesta no es para nada evidente. Habría que analizar si éste posee poder de mercado en el sector financiero y si con esas utilidades subsidia las ventas en su canal retail. Lo anterior debe darse sacrificando sus ingresos del giro emisor de tarjetas, como son las tasas de intercambio- u otros descuentos que no tengan justificación y sean discriminatorios respecto a otras tiendas de departamento similares que reciben el mismo medio de pagos.
Sin embargo, si este no es el caso, estos descuentos puede generar una mayor competencia en el mercado, introduciendo una reacción competitiva en el sector bancario con efectos positivos para los consumidores y tendiente a disipar rentas en la industria financiera, a través de descuentos en los precios de los productos al pagar con tarjeta de sus programas de fidelización. Otras preocupaciones tienen relación con los cobros por comisiones en el mercado del crédito que anulan los descuentos, para lo cual debería exigirse una mayor transparencia en los reales costos del crédito en el precio final del producto, no prohibir realizar descuentos.
Es relevante considerar en base a qué se están tomando este tipo de decisiones y si se poseen análisis fundamentados al respecto con la complejidad que estos implican, ya que, de lo contrario, tal como la misma encuesta de la Red ProCompetencia detecta en otros de sus resultados, las consideraciones políticas pueden terminar afectando aún más a los consumidores.