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Columnistas

2015, año de la recuperación

Gonzalo Urzúa

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 20 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.

Los últimos datos del Banco Central de Chile son señales inequívocas de una tendencia a la desaceleración económica durante este año. En este sentido, cabe destacar la cifra del crecimiento de nuestra economía durante el tercer trimestre julio-septiembre, que sólo alcanzó un 0,8%, anotando de este modo su peor desempeño desde igual período de 2009, cuando llegó a un negativo 0,6%. Con este resultado, el PIB acumuló un incremento de 1,8% en lo que va corrido de 2014.


En nuestro mercado existe consenso que estos resultados han sido en parte avalados por la baja actividad que ha mostrado la demanda interna, donde los componentes de inversión y consumo han crecido a menores tasas de lo esperado por los expertos.


Como una tormenta perfecta en este escenario de menor expansión económica, la tasa de desempleo ha ido paulatinamente en aumento, pasando de un 5,7% durante el trimestre
móvil julio-septiembre 2013, a una tasa


actual de 6,6% para el mismo período en 2014. Dicha persistencia en el aumento de la desocupación ha ayudado a empeorar las expectativas de futuro de la gente, lo cual afecta directamente en las decisiones de consumo, frenando de esta manera este ítem de la demanda interna.


Por lo motivos anteriores, durante el transcurso de este año hemos sido espectadores de los esfuerzos de la política monetaria expansiva que ha estado ejecutando el instituto emisor chileno, que ya ha manifestado que no continuará con estas políticas que buscan impulsar el consumo. Otro factor relevante ha sido la tasa de inflación actual, que desde todo punto de vista excede el rango meta del ente rector fijado entre 2,0% a 4,0%, y hoy se sitúa en un 5,7% anual.


Dicho esto, es que corresponde el turno a la política fiscal expansiva que se está desarrollando por parte del gobierno. Esto se traduciría, sin dudas, en mayores aumentos del gasto público. A lo anterior no debemos olvidar que para que veamos prósperos resultados y una mayor expansión de la economía, es que se debe trabajar en la recuperación de la confianza tanto de inversionistas (locales e internacionales), así como de consumidores.


De este modo, y planteado el escenario actual, es que consideramos que mejorando los ítems anteriormente descritos, nuestra economía local podría crecer a niveles de 3,0% el 2015, para seguir por una tendencia de recuperación hacia 2016, con proyecciones de economistas y autoridades que son cercanas al 4%. Esperamos que las expectativas de crecimiento se concreten y el PIB vuelva a los ritmos de expansión de hace unos años atrás.

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