Sobre la nueva Constitución y la Innovación

Señor Director:

Cuando se analizan las estrategias de innovación en aquellos países con un alto índice de complejidad económica, tales como Corea del Sur, Singapur, Finlandia, Estados Unidos y China, entre varios otros, es posible apreciar ciertos elementos en común. A nivel de política pública, se han caracterizado por políticas de largo plazo acompañadas de una participación activa por parte del Estado, con la finalidad de generar una implementación efectiva.

Este activo rol del Estado, en fases de desarrollo inicial de la estrategia de innovación, ha sido crucial, y va más allá del incentivo a la investigación y desarrollo científico y tecnológico. Se requiere, además, de cierta flexibilidad en el sistema, que permita la colaboración y complementariedad de roles entre el Estado y el sector privado en el desarrollo de actividades económicas, y así impulsar ciertas industrias, con un Estado emprendedor que está dispuesto a asumir riesgos donde los privados no pueden.

Ejemplo de lo anterior es Estados Unidos con su modelo DARPA y similares (ARPA-E, ARPA-H, etc.) instrumentales en el desarrollo de nuevas tecnologías, en que el Estado desarrolló diversas actividades empresariales, para así crear nuevos sectores económicos.

En este escenario, cabe preguntarse si el anteproyecto presentado por el comité de expertos para la nueva Constitución, manteniendo las restricciones, sin excepciones, que tiene la Constitución actual para que el Estado pueda desarrollar actividades económicas, va en la dirección correcta para impulsar, en conjunto con el sector privado, el desarrollo de industrias más sofisticadas, y, en definitiva, generar un crecimiento más inclusivo y sostenible para nuestro país.

Carolina Sepúlveda y Jessica Ocampos

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