Cartas

Energía costosa

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Señor Director:

Mucho se ha hablado en las últimas semanas del impacto que tiene para el bolsillo de las familias que aumente el precio de la electricidad. Menos se ha hablado de algo que parece una perogrullada: los elevados precios de la energía también afectan a las empresas, porque la electricidad es un insumo productivo. La consecuencia inevitable de lo anterior es que shocks en el precio de la energía tienen efectos en el crecimiento del país (y en el bienestar).

Sólo para tener una idea de lo anterior, en un documento de trabajo de 2015 del Banco Central, se encontró que un aumento del 10% en el precio de la energía eléctrica en Chile, generó una caída de 1,9% en la inversión y de 0,1% en el empleo de las firmas del sector industrial, en línea con lo esperable de acuerdo con las elasticidades de sustitución de insumos productivos en la economía chilena.

Y si es tan obvio, ¿por qué destacarlo? Porque nos quedamos únicamente en el debate reaccionario de cuánto afecta los presupuestos familiares y cuánto se debería, en consecuencia, subsidiar a los mismos, lo que muchas veces introduce distorsiones negativas al sistema de precios. Si bien dicho debate es necesario, la pregunta más relevante es qué está fallando en el sistema, cuáles son los cuellos de botella y qué debería corregirse para tener en el largo plazo un sistema más barato para aquellos que necesitan energía para producir bienes y servicios. Así lograríamos aumentar el crecimiento, disminuir precios, aumentar consumo y reducir desempleo. No tan directamente, pero sí ocurriría.

Jorge Fantuzzi y Carolina Evans

FK Economics

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