La economía japonesa creció entre enero y marzo a un ritmo
interanual del 3,3%, siete décimas por encima de las previsiones, a pesar de la
inestabilidad financiera global de los últimos meses.
En el año fiscal 2007, que finalizó el 31 de marzo, el
Producto Interior Bruto (PIB) de la segunda economía del mundo se incrementó el
1,5 % en términos reales, lo que supone el sexto año consecutivo de expansión
económica en Japón.
En el primer trimestre de 2008, las previsiones del mercado
apuntaban a un crecimiento del 2,6 %, pero el PIB se vio empujado por las
exportaciones hacia Asia y los mercados emergentes, además de por el consumo
interno, según dijo hoy en rueda de prensa la ministra japonesa de Economía,
Hiroko Ota.
De hecho, las ventas de bienes nipones en el exterior
crecieron por 12 mes consecutivo, hasta el 4,5 %, mientras las importaciones
repuntaron un 2 % tras seis meses de alza.
Los productos que más se importaron, según el Ministerio,
fueron crudo y gas natural, mientras que, en el caso de las exportaciones, los
sectores del motor y metales no ferrosos se beneficiaron del aumento de la
demanda desde economías emergentes como China o Rusia.
Las previsiones apuntan además a que esos mercados ricos en
recursos naturales van a ser claves en el crecimiento futuro de la economía
nipona.
Sin embargo, algunos analistas no descartan que Japón caiga
próximamente en recesión y dan por hecho que concluirá el período de expansión
que vive desde febrero de 2002, el más largo desde que acabó la II Guerra
Mundial.
"Tenemos que ser cautos sobre el futuro porque la cifra
del gasto de capital ha sido negativa", dijo Ota.
Durante el primer trimestre de 2008, el gasto de capital
cayó un 0,9 % mientras que la inversión en bienes inmuebles creció un 4,6 %,
por encima de lo esperado.
En ese período, el consumo interno, que supone un 55 % del
PIB nipón, aumentó también el 0,8 en términos reales, empujado principalmente
por el gasto de los hogares y la construcción, según el informe hecho público
hoy.
Los japoneses viajaron más y gastaron más en hoteles y, por
otro lado, la crudeza del pasado invierno motivó que los consumidores se
gastaran más en electricidad para la calefacción, según fuentes gubernamentales
citadas por la agencia de noticias Kyodo.
El futuro se presenta también poco alentador para muchas de
las grandes empresas niponas, que publican durante este mes sus resultados
financieros del año fiscal 2007 y prevén reducciones importantes de su
beneficio neto para el actual ejercicio fiscal.
Por ejemplo Toyota Motors, primer fabricante mundial de
automóviles y la compañía más importante de Japón, pronosticó la semana pasada
la primera caída en siete años de su beneficio neto para el año fiscal 2008,
motivado principalmente por el creciente aumento de los precios del petróleo y
del acero.
Con respecto al trimestre anterior, el PIB japonés creció un
0,8 % entre enero y marzo, de nuevo un resultado superior a las previsiones que
esperaban una expansión de la economía nipona para ese período del 0,6 %.
En términos nominales, que no ajustan los cambios en los
precios, el PIB fue del 0,4 % entre enero y marzo con respecto al mismo periodo
del año anterior, lo que equivale al 1,5 % interanual.
La economía japonesa creció por tercer trimestre
consecutivo, pero el mal comportamiento de otros indicadores empiezan a hacer
saltar las alarmas de una posible ralentización de la economía.
Hoy mismo el Gobierno japonés revisó todavía más a la baja
la producción industrial de marzo, cuando cayó un 3,4 %, en el mayor bajón
desde enero de 2003, y los pedidos de maquinaria, uno de los indicadores
económicos clave, decreció el 8 % hasta los 9.100 millones de dólares.