Apple obtuvo el fin de semana una muy ansiada victoria sobre su archirrival Samsung. Tras cuatro semanas de juicio, un tribunal de San José, California, resolvió que la firma coreana violó dos patentes propiedad de Apple.
Sin embargo, el triunfo fue mayormente simbólico. Aunque el jurado determinó una indemnización de
US$ 119 millones para la firma de la manzana, el octavo monto más alto fijado por los tribunales en EEUU este año para este tipo de pagos, la cifra está muy lejos de los US$ 2.190 millones que estaba reclamando, y apenas servirá para cubrir los costos legales de la compañía.
Por otra parte, y en otro inesperado revés para Apple, el jurado también resolvió que la firma violó una patente de Samsung.
La guerra continúa
La poco contundente victoria de Apple hace presagiar que la batalla judicial que las compañías han sostenido en todo el mundo durante los últimos cuatro años por derechos sobre patentes se prolongará, mientras no haya un ganador claro.
“Cada uno está buscando un golpe de knock out y no parece que sean capaces de conseguirlo”, comentó a Bloomberg Susan Kohn Ross, abogada de Mitchell Silberberg & Knupp. “Aparentemente sienten que están empatados y necesitan seguir golpeando”.
Los dos mayores fabricantes de smartphone del mundo han desembolsado cientos de millones de dólares en costos judiciales en batallas en los cuatro continentes para dominar un mercado que el año pasado movió
US$ 338.200 millones.
Además de este último fallo, Apple obtuvo en su favor una importante prohibición en la Comisión de Comercio Internacional de EEUU en contra de algunos de los modelos de teléfonos más viejos de Samsung. La coreana, por su parte, ganó una prohibición contra algunas de las versiones del iPhone 4 y del iPad 2, aunque fue vetada más tarde por el gobierno de EEUU.
En esta oportunidad, incluso si Apple convence a los jurados de emitir una orden contra las ventas de Samsung, la mayoría de los diez aparatos que buscaba proscribir ya no se venden en EEUU.
Más que un triunfo en los tribunales, una de las compañías deberá conseguir una ventaja tecnológica sobre la otra para convencer a sus ejecutivos y abogados de transar, aseguró Kohn. “No creo que esto vaya a terminar”, coincidió el abogado Robert Stoll de Drinker Biddle en Washington. “Es casi como si existiera una predeterminación mental en contra de un acuerdo y eso está imbuido en sus culturas en este punto”.
Los reclamos de Apple equivalían a un pago de US$ 40 por cada uno de los teléfonos vendidos bajo patentes disputadas, pero probablemente se habría dado por satisfecha con una cifra superior a US$ 10 por aparato, señala Kevin Rivette, socio de 3LP Advisors. El veredicto “no va a frenar a Samsung para nada” porque la tasa de royalty implícita es tan baja que Samsung no tiene que preocuparse por pagarla, concluyó.