Día de la Astronomía: El aporte de Chile al mundo
Entre los proyectos impulsados por científicos nacionales y universidades locales, se cuentan un sistema óptico para ALMA; el primer espectógrafo made in Chile y detectores para el Gran Colisionador de Hadrones, entre otros.
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Entre 1989 y 1994, astrónomos estadounidenses y chilenos estudiaron las supernovas y diseñaron un plan para medir distancias en el universo. Años después, esta técnica fue clave en otra investigación, que dio paso a un descubrimiento: el universo se expande aceleradamente. Este hallazgo les valió el Premio Nobel en 2011 a tres grupos de científicos, uno de ellos a cargo de Brian Schmidt, quien valoró el trabajo de los científicos nacionales José Maza y Mario Hamuy como claves en el inicio del hallazgo. Y sobre esa labor trata el documental "Expansión Acelerada", del realizador chileno Ricardo García, que se estrenó este martes en el GAM y que ya está disponible en YouTube.
Pero éste no es el único aporte que han logrado científicos nacionales. En los últimos años, además de ser el escenario de diferentes observatorios, el país ha entrado de a poco a la industria como proveedor de tecnología. Muestra de ello es que grandes compañías comienzan a proveer servicios, soluciones y requerimientos específicos, como obras civiles, provisión de equipos y software.
Además, físicos e ingenieros de la Universidad Católica y de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) trabajan en el desarrollo de 160 detectores del proyecto ATLAS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) de Ginebra, para medir de forma mucho más precisa nuevas partículas.
La participación se vuelve trascendente ya que es la primera vez que las instituciones chilenas producen un aparato de hardware que va ser usado en un gran experimento mundial. En él, también colaboran Israel, Rusia, Canadá y China, para distribuir el alto costo que tiene este tipo de tecnologías.
El desarrollo se suma a otros proyectos en los que han participado docentes nacionales. En 2016 un equipo fue parte de un consorcio internacional compuesto por científicos de Estados Unidos, Canadá y Taiwán, que estuvo a cargo de construir 66 receptores para ALMA -el proyecto astronómico más grande que existe-, donde cada lugar aporta con un desarrollo diferente. Chile lo hizo con un sistema óptico.
En junio de 2016, en tanto, FIDEOS (Fibre Dual Echelle Optical Spectrograph), un espectrógrafo elaborado en Chile por un equipo del Centro de Astro-Ingeniería UC (AIUC) se transformó en el primer instrumento 100% chileno en instalarse en un observatorio internacional, el Observatorio La Silla en la IV región.
Otro proyecto en el que trabajó el centro de la UC, consistió en la construcción de 63 cámaras que capturarán todo el cielo del Observatorio Las Campanas (Vallenar) cada 30 segundos, lo que permitirá contar con una película de imágenes.
Por otro lado, el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC), trabajó en 2016 con dos proyectos astronómicos. Uno basado en que el supercomputador "Leftraru", el más veloz del país, recepcionase las fotografías tomadas por un telescopio ubicado en el Tololo, en la IV Región, a fin de capturar los datos y entender cómo se mueven los objetos en el cielo, cuyo análisis permite enviar la información a otro lugar del mundo, para complementar la investigación.