El presidente turco Recep Tayyip Erdogan sostuvo la primera reunión tras nueve meses con su contraparte ruso, Vladimir Putin, en un intento por reconstruir las relaciones diplomáticas con uno de sus principales socios comerciales y la fuerza dominante en la guerra de Siria en momentos en que ambos países mantienen tensiones con Occidente.
Erdogan manifestó que su nación busca “grandes objetivos” con su reconexión con Moscú, mientras que Putin dijo que los diálogos estuvieron marcados por los temas económicos y de combate al terrorismo.
Un asesor de Erdogan consultado por Reuters dijo que ambos líderes estuvieron de acuerdo sobre la necesidad de mejorar las relaciones bilaterales dañadas luego de que Turquía derribó un avión de combate ruso cerca de la frontera siria el año pasado, generando sanciones comerciales de parte de Moscú y una baja del 87% en las visitas de turistas en el primer trimestre de este año. “El ánimo en general fue muy positivo”, manifestó la fuente.
La visita del líder turco también es la primera que realiza desde el intento de golpe de Estado en que murieron más de 240 personas. Europa y Estados Unidos han criticado la respuesta de Ankara, que comenzó una purga y evalúa reponer la pena de muerte.
En conferencia de prensa, Putin manifestó a Erdogan que “su visita hoy, que hizo a pesar de la realmente compleja situación política de Turquía, muestra que todos queremos reiniciar el diálogo y restaurar nuestras relaciones”.
El presidente ruso también aseguró que “creo que es posible alinear nuestras visiones” sobre la guerra en Siria, pese a que no han coincidido en el pasado.
Por su parte, Erdogan sostuvo que “ambos lados tenemos la determinación y restauraremos los lazos bilaterales a sus niveles anteriores e incluso los mejoraremos”.
La mirada de Occidente
La cooperación entre Rusia y Turquía se manifestaría en proyectos como un gaseoducto de US$ 20.000 millones y una central nuclear que será construida en Turquía por los rusos, comentó Erdogan, además de entre sus sectores de defensa.
“Si Dios quiere, con estos pasos el eje Moscú-Ankara volverá a ser una línea de confianza y amistad”, afirmó.
Fuera del eje económico, la visita de Erdogan a Rusia se ve con atención desde Estados Unidos y Europa, donde hay temores de que su acercamiento a Moscú afecte los vínculos de Turquía con sus socios de la OTAN.
De acuerdo con Reuters, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier manifestó que “no creo que las relaciones entre los dos países puedan volverse tan cercanas que Rusia ofrezca a Turquía una alternativa a la OTAN”.
La reunión con Putin también se ve como una oportunidad para que Erdogan muestre que no está aislado y aumente la presión para que Estados Unidos extradite al clérigo Fethullah Gulen, a quien culpa de estar detrás del fallido golpe y quien ha declarado que no tiene ningún vínculo con el alzamiento militar.
Ola de detenciones
El ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, dijo ayer que 16.000 personas han sido detenidas formalmente y se encuentran en prisión preventiva en relación con el fallido golpe de Estado, mientras que otros 6.000 arrestados aún son procesados. Asimismo, otras 7.668 personas son investigadas, pero no están detenidas en la actualidad.
Desde el intento de golpe, el 15 de julio, soldados, policías, jueces, periodistas, médicos y funcionarios públicos han sido despedidos o arrestados, lo que ha hecho temer a los aliados occidentales que Erdogan esté utilizando los acontecimientos para reforzar su control del poder.
De acuerdo con Reuters, un alto cargo turco dijo que la agencia de inteligencia de Turquía había identificado al menos a 56.000 miembros de la red de Gulen al entrar en la aplicación de mensajería ByLock, que el grupo comenzó a utilizar en 2014 y que habría servido como principal plataforma para organizar la acción militar.