La Comisión de Servicios Públicos de
Nueva York aplazó hoy la adopción de una decisión definitiva sobre
la compra de la estadounidense Energy East por parte de la española
Iberdrola, por unos US$9.400 millones.
"Debido a circunstancias inesperadas e imprevistas, dos miembros
de la comisión no podrán participar en la sesión de hoy. Estamos
intentado celebrar una sesión especial el próximo 3 de septiembre,
pero aún no es definitivo", aseguró el presidente del órgano
regulador, Garry Brown, al comienzo de la reunión.
Sin embargo, durante la sesión de hoy se procederá al debate que
estaba previsto, en el que los técnicos expondrán a los cinco
miembros de la comisión sus observaciones sobre la operación.
La oferta, apoyada expresamente por la senadora de Nueva York
Hillary Clinton y por el gobernador del estado, David Paterson, ha
sido aprobada por el Gobierno central y por otros tres estados del
noreste del país.
Por ello, si los cinco miembros de la comisión dan su visto bueno
a la operación, Iberdrola tendría por fin vía libre para hacerse con
el control de Energy East, 14 meses después de presentar su oferta.
El objetivo del regulador neoyorquino es garantizar que los
clientes no vean incrementadas sus facturas eléctricas y, al mismo
tiempo, tratar de que Iberdrola, una de las compañías más poderosas
del mundo en energía eólica, no desfavorezca la entrada de
competidores en el sector.
Los precios de Energy East, que presta servicio en cinco estados
del nordeste de Estados Unidos (Nueva York, Maine, Massachusetts,
New Hampshire y Connecticut), son los cuartos más caros del país,
según los analistas.
La empresa española se ha comprometido a acometer un ajuste de
tarifas de más de US$200 millones (una de las principales
reclamaciones de la comisión), así como a reducir las tarifas
inmediatamente después de cerrarse la operación.
Además, ha anunciado inversiones por US$2.000 millones en
energías renovables, beneficios adicionales para los consumidores
como consecuencia de la desinversión en centrales térmicas y la
resolución de asuntos pendientes con las cooperativas eléctricas y
con la ciudad de Roochester, donde tiene instalaciones la compañía
estadounidense.
El estado de Nueva York se ha establecido el objetivo de que el
25% de la electricidad que se consuma en 2013 proceda de
fuentes renovables.
Uno de los principales problemas observados por los miembros de
la Comisión hasta el momento es que, al integrar el negocio de
Energy East, Iberdrola controlaría tanto la generación como la
distribución eléctrica.
Las autoridades reguladoras se oponen desde hace años a ese
control por considera que el "poder vertical" de un negocio
entorpece la competencia y, por tanto, va en detrimento de los
intereses de los inversores.