El gobierno de Chile colocó este miércoles en el mercado estadounidense una nueva línea de bonos soberanos, en dólares, por un total de US$ 1.000 millones. La tasa de adjudicación marcó un mínimo histórico para el país desde 1822, llegando a 3,35% a diez años. Esta emisión aprovecho los niveles históricamente bajos de los bonos del Tesoro de EEUU y que hoy cerraron en 2,04%.
Esto “representa el cupón más bajo pagado por un emisor latinoamericano en la historia”, señaló el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
Además, dicha cartera -encargada de la operación- realizó la reapertura de un segundo bono, en pesos y al mismo plazo, por un monto equivalente a US$ 350 millones. El instrumento soberano se colocó a 4,4%, 55 puntos base por debajo de la referencia estadounidense.
Larraín indicó que con esta última colocación se incrementó el tamaño de la referencia en pesos, llevándola a un nivel cercano a los US$ 900 millones. “De esta forma, le damos mayor liquidez al bono denominado en pesos”, afirmó el secretario de Estado.
El titular de Hacienda resaltó que la emisión de deuda soberana proporciona un valioso benchmark que facilita el acceso al crédito externo de las empresas chilenas.
El secretario de Estado añadió que gran parte de los recursos obtenidos se podrían utilizar para pagar una deuda de US$ 1.500 millones que prontamente llegará a vencimiento. En enero de 2012 Chile deberá amortizar US$ 650 millones y otros US$ 840 millones que llegan a vencimiento en 2013.
Por esta vía, además, "la nueva emisión no aumenta el endeudamiento externo neto del país", concluyó Larraín.