OCDE anticipa que Chile crecería 1,9% en 2022, pero tendría una contracción del 0,5% el próximo año
En su nota para Chile de las Perspectivas Económicas, el organismo prevé que el crecimiento repuntará el 2024 con 2,6% del PIB, además de que la inflación ya ha empezado a disminuir y se moderará en 2023.
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Continúan los ajustes de proyección para el crecimiento de la economía chilena. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Producto Interno Bruto (PIB) crecería 1,9% este año, en 2023 se prevé una contracción del 0,5% y para los 12 meses siguientes se espera un repunte hasta el 2,6%.
Esto representa un cambio en comparación a las proyecciones realizadas en junio pasado, en las cuales se esperaba 1,4% y 0,1% para ambos años, respectivamente.
Según su último informe de Perspectivas Económicas, la economía nacional enfrenta el endurecimiento de las condiciones financieras, la retirada de las medidas de apoyo relacionadas con la pandemia y un freno a los consumos de los hogares debido a la inflación. Sin embargo, apuntan a que el aumento de las tasas de interés y la baja confianza empresarial mantendrán la inversión contenida.
En su nota sobre Chile, el organismo señala que la inflación ha empezado a disminuir recientemente y continuará su moderación en 2023, aunque seguirá alta debido al encarecimiento de la energía, pero se devolverá al objetivo gracias a la desaceleración económica y las elevadas tasas de interés.
El índice de precios al consumidor llegaría este año a un promedio de 11,6%, a 6,9% el próximo año y se moderaría al nivel de 3,5% en 2024, volviendo a la meta del Banco Central. “Las condiciones monetarias deberán seguir siendo estrictas para garantizar que la inflación regrese a la meta”, dice el documento.
En cuanto a laboral, la nota nacional indica que se espera un aumento del desempleo el próximo año, pero que retrocedería en 2024, en conjunto con el fortalecimiento del crecimiento.
Según detalla el reporte, los riesgos se inclinan a la baja: con la incertidumbre sobre qué pasará con la discusión constitucional y el camino que se tomará “podría debilitar la confianza de las empresas y los consumidores”. Al igual que la guerra en Ucrania continue con las presiones inflacionarias y se requiera un mayor endurecimiento de la política monetaria y un periodo más largo de crecimiento por debajo del potencial.
Los riesgos al alza son: que los precios del cobre resulten más fuertes de lo previsto, impulsando las exportaciones; y una resolución “sin sobresaltos del proceso de reforma constitucional podría reforzar la confianza y atraer inversiones”.
Panorama fiscal
También se destaca el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de la regla fiscal, la cual se proyecta que permitirá que los déficits sean moderados en 2023 y 2024, recalcando que la productividad se estimulará con la reducción de barreras a la competencia e impulsar la inversión en investigación y desarrollo.
Mientras que la fortaleza de la recaudación de ingresos de este año y la reducción de los gastos se traducirán en un superávit del 1,5% del PIB en 2022, pero advierte que con el enfriamiento de la economía y la inflación, los ingresos se moderarán el próximo año y se recuperarán en 2024.
Se prevé que el déficit alcance el 2,8% del PIB en 2023 y el 2,1% en 2024, y permitirá que la deuda pública se mantenga por debajo del techo de deuda prudente del 45% del Producto, a pesar de la postura expansionista de la política en 2023.
A nivel de política pública, el informe insta a elevar la productividad y lograr un sistema fiscal más progresivo. En este último, se apunta a la reforma tributaria presentada por el Gobierno y se proyecta que “aumentaría los ingresos, y de esa forma ayudaría a satisfacer la demanda de mayor protección social y mejores servicios públicos”.