OCDE recorta proyecciones para Chile y advierte freno en inversión por condiciones financieras e incertidumbre constitucional
En su informe Perspectivas Económicas, indicó que la inflación aunque se moderará en 2023, seguirá alta por el impacto de la guerra en Ucrania.
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Los golpes de la guerra en Ucrania siguen impactando en las proyecciones de crecimiento económico del mundo y Chile no se queda atrás. Esta vez la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisa el panorama del país y recortó su previsión para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) local a 1,4% para este 2022 y a 0,1% para 2023.
Esto significa una importante reducción de su proyección hecha a finales del año pasado, en que estimaba que el 2022 tendría un crecimiento de 3,5% y de 2% en 2023. Además, se suma a las proyecciones de crecimiento de 1,7% para Chile, hechas ayer por el Banco Mundial.
En su último informe de Perspectivas Económicas, presentado hoy, la entidad explica que esto se daría por el retiro de estímulos fiscales, el descenso de los salarios reales como consecuencia de las fuertes presiones inflacionistas y una política monetaria más restrictiva.
Banco Central aumenta la tasa de interés a 9%, su nivel más alto en dos décadas
Además, apunta a que habrá un freno en la inversión, siendo más débil por las elevadas tasas de interés y la incertidumbre interna acerca de la nueva Constitución.
Un panorama que se complementa con el anunciado por el Banco Central esta mañana en su Informe de Política Monetaria (IPoM), detallando que además las perspectivas de inversión se deterioraron, ya que la formación bruta de capital fijo tuvo una caída en marzo de 4,8% y se espera que siga un descenso de -2,2%.
Al respecto, la economista para Chile de la OCDE, Paula Garda señala que desde el organismo comparten la visión de la entidad monetaria y que la inversión de las empresas se mantendrá débil durante los próximos años.
La economista explica que esto es debido a la normalización que está teniendo la economía chilena -después de un periodo expansivo en 2021 de un salto de 12% del PIB-, en conjunto al endurecimiento por parte del Banco Central de la política monetaria.
“Pero también porque hay cierta incertidumbre en torno a la nueva constitución, ya no en los nuevos contenidos que se saben, sino a cómo se van a aplicar los diferentes cambios o no, más allá del referéndum de septiembre”, mencionó Garda en conferencia de prensa.
Esto en el contexto de que la OCDE prevé que a nivel mundial la economía se debilitará notablemente y tendrá un crecimiento de 3% en 2022 -a diferencia del 4,5% para este año que estimaban en diciembre pasado- y 2,75% en 2023.
En la nota sobre Chile, el documento indica que es “necesario un apoyo fiscal específico y temporal para los hogares más vulnerables”, en el contexto de una recuperación del empleo rezagada y un constante aumento de los precios de alimentos y energía. “Se necesita una reforma fiscal que corrija los problemas de ingresos públicos estructuralmente bajos y limitada progresividad de los impuestos de Chile para poder dar respuesta a las urgentes necesidades sociales y de infraestructura”, se menciona.
Se hace énfasis en mayores inversiones en energías renovables y acelerar el abandono de las plantas a carbón para reducir la dependencia y los costos energéticos. También se apunta a que el Banco Central debería seguir endureciendo la política monetaria para garantizar que la inflación vuelva al objetivo del 3%, aunque sea a un ritmo más lento por la desaceleración de la economía.
Otro de los indicadores económicos que presenta el informe es la inflación, proyectando que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegaría este año hasta el 9% y tendría una moderación en 2023 con un 5,2%, debido al impacto en los precios del petróleo del embargo de la Unión Europea a Rusia.
También se estima que la política monetaria será más restrictiva y que durante el año llegaría a alcanzar el 9,4%, para luego mantenerse estable hasta finales de 2023.
Panorama fiscal y riesgos
Acerca del panorama fiscal, la OCDE destaca que el gobierno ha “apostado acertadamente por una ambiciosa consolidación fiscal” eliminando de a poco las medidas de estímulo fiscal durante la pandemia.
Se destacan los planes de reducir el déficit estructural del sector público del 11% del PIB en 2021 al 3,3% durante este año y en un 0,75%a 2026. Esto permitiría estabilizar la deuda pública en torno al 44% del Producto.
Entre los riesgos a la baja, el reporte apunta a “cambios repentinos en la confianza de los mercados financieros mundiales susceptibles de aumentar los costos de financiamiento, ampliar el déficit por cuenta corriente y debilitar aún más la moneda nacional”. Precisando que la inflación podría aumentar si se prolongan las alzas en energía y alimentos, mientras que una desaceleración más pronunciada en China -el principal socio comercial de Chile- perjudicaría la inversión y el crecimiento.
En tanto, los riesgos al alza para el crecimiento son solamente un aumento sostenido de los precios del cobre y una resolución más rápida de los cuellos de botella de las cadenas de suministro mundiales.