Empresas reducen planes de inversión hacia 2023 por “incertidumbre económica y una demanda insuficiente”
Un 38% de las compañías consultadas aumentó sus precios en los últimos tres meses, y un 30% indica que deberían haberlos subido, pero que no se dieron las condiciones para concretarlo.
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La economía chilena está en pleno ajuste: en septiembre la actividad se contrajo por primera vez desde febrero de 2021, y el índice de precios al consumidor comenzó a ceder. Las empresas están sintiendo este proceso, y la mayoría espera que el desempeño económico se deteriore en lo venidero, por lo que están incorporando en sus decisiones las proyecciones de caída de la actividad para 2023.
Este es el cuadro que consigna el Banco Central en su Informe de Percepciones de Negocios, el que detalla que, preparándose para enfrentar esta situación, varios están ajustando sus presupuestos, revisando sus dotaciones y, en general, “privilegiando decisiones que apoyen la reducción de costos y la ganancia de eficiencia”.
Las decisiones se toman cuando “el desempeño de las empresas se ha reducido levemente comparado con el trimestre anterior y el mismo período del año pasado”. El documento enfatiza en las “diferencias importantes en el desempeño de las empresas dependiendo de su actividad económica”, y puntualiza en que las firmas de la construcción e inmobiliarias son las más pesimistas, por factores como los elevados costos, la disminución de las ventas, el impacto del alza de la UF en el valor de las viviendas y la estrechez de las condiciones de financiamiento hipotecario.
Algunos entrevistados han empezado a notar la sustitución de ciertos productos por parte de los clientes, quienes ahora buscan una mayor conveniencia de precios versus la calidad.
Esto ha llevado a las empresas a modificar sus planes de inversión para 2023: el porcentaje de firmas que espera invertir en dicho período ha disminuido desde lo observado hace un año, desde 30% a 25%, alerta el reporte. El documento detalla que entre las principales razones para no invertir están la incertidumbre económica y una demanda insuficiente, y que la incertidumbre política ha reducido su prevalencia “de forma importante” respecto de un año atrás.
Las firmas que sí invertirán el año que viene lo harán principalmente para renovar o mantener infraestructura existente, aumentar su capacidad de producción, y mejorar o introducir nuevos productos, aunque todas ellas en menor porcentaje respecto del año anterior, advierte el análisis.
Algunos fortalecerán áreas de producción donde esperan que la demanda “se mantenga resiliente, y así compensar otras áreas donde podría verse reducida”. También aumenta -de 22% a 30%- el porcentaje de empresas que invertirá para automatizar o digitalizar procesos.
Cede la inflación
En línea con lo que muestran las cifras, las empresas ven que las presiones de costos de trimestres anteriores comenzaron a ceder, “más allá de que siguen siendo muy significativas”, y que se ha ido reduciendo el espacio para traspasar las presiones a precios finales. Parte de este incipiente alivio lo relacionan con una normalización paulatina de las cadenas de suministro, y tanto los costos laborales como no laborales tendieron a reducir su velocidad de incremento.
El informe señala que cerca de un 38% de las empresas consultadas aumentó sus precios en los últimos tres meses, y destaca que un 30% indica que debería haberlos subido, pero que no se dieron las condiciones para concretarlo. Para el grueso, los costos han sido un factor relevante al momento de ajustar precios, “pero la posibilidad de realizar alzas y la intensidad de estas ha estado fuertemente influida por una mayor sensibilidad de la demanda ante los aumentos de precios”.
Algunos entrevistados han empezado a notar la sustitución de ciertos productos por parte de los clientes, quienes ahora buscan una mayor conveniencia de precios versus la calidad, e incluso han dejado de consumir bienes que no son de primera necesidad.
El análisis detalla que la dotación de personal de las empresas se mantiene “relativamente estable” frente a los últimos 3 y 12 meses, aunque más baja que en un octubre promedio. Los distintos sectores indican que han seguido operando con el mismo personal en meses recientes, excepto por algunas empresas que lo han reducido “de forma muy acotada”.
Al referirse a los reajustes o aumentos salariales en el último tiempo, las opiniones son variadas en cuanto a la frecuencia, porcentaje de ajuste y la fracción de trabajadores impactados por estos cambios. Pero, en términos generales, la percepción es que el costo de la mano de obra es elevado.
Hacia adelante
En lo próximo, las empresas esperan que la disponibilidad de materias primas, insumos e inventarios se mantenga estable, y que la intensidad de aumento de los costos siga retrocediendo en los meses que vienen. Y, aunque las ventas seguirían disminuyendo, las menores presiones de costos se verían reflejadas en una menor reducción de los márgenes de ganancia de las firmas.
Para el último trimestre de este año, la mayoría de las empresas prevé que la variación de los precios de sus productos o servicios sea similar o inferior a la habitual. Si bien los consultados asumen que deberían aumentar sus precios, cuentan que las expectativas de menor demanda restringirían estas alzas, ya que podrían deteriorar aún más sus ventas. Pero, tampoco esperan reducciones generalizadas de sus precios debido a los factores de costos, y cerca de un 60% estima que las variaciones de precios se normalicen en menos de dos años.
Con todo, las empresas consideran que en los próximos 12 meses se reduzca su propio desempeño y la dotación de personal por la menor actividad económica, lo que representa una caída “algo más pronunciada” que en un período normal. Si bien algunas firmas dicen que no han decidido reducir su dotación de personal a futuro, reconocen que un deterioro “considerable” de sus niveles de ventas podría llevarlas a hacerlo.