Claro y punzante. Así fue el discurso que ayer pronunció el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes, en la Cena Anual del gremio, al menos cuando recordó el proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno y que el miércoles concretó su paso al Senado.
“Tenemos un deber como país y con los sectores que representamos. Si no se realizan ajustes a la iniciativa, ésta podría generar mayor nivel de conflictividad y problemas de continuidad operacional de muchas empresas”, expuso el timonel.
En esa línea, afirmó que han realizado propuestas alternativas como considerar un plazo de 15 días para el inicio de la huelga desde que es votada, avanzar sobre la extensión universal de beneficios (evitando cualquier veto o monopolio sindical), y permitir que los servicios mínimos tengan en consideración la debida salvaguarda de los puestos de trabajo.
Así, Mewes deslizó la esperanza que tiene el sector empresarial en el Senado para perfeccionar la iniciativa. De hecho, recalcó que otras materias consideradas en ella, como la eliminación del reemplazo en huelga, la incorporación del concepto de servicios mínimos o la titularidad sindical, “pueden afectar el destino de nuestras empresas y, en especial, el de las Pymes”, puntualizó.
El dirigente también hizo un complejo diagnóstico del momento económico del país y de los bullados escándalos empresariales que han puesto en tela de juicio la confianza. Reconoció que el 2015 “ha sido un año complejo”, pero se mostró confiado en que “seguimos siendo un país serio y confiable” y que “quedarán atrás mecanismos ilegales de financiamiento de la política”.
“Tenemos la oportunidad de definir un marco regulatorio con estándares propios de países desarrollados; para ello, esperamos debates profundos en el parlamento que permitan analizar las experiencias internacionales y las reales consecuencias de las medidas que adoptamos”, apuntó.
Y haciendo un recorrido del impacto económico de la desaceleración en el comercio, enfatizó que el sector se encuentra “debilitado, con un consumo privado que no repunta y una demanda interna que no logra recuperar su dinamismo”.
Eso sí, reconoció que aprecian este “segundo tiempo” en materia política, indicando que “el actual gabinete ha valorado el diálogo y el imperativo de crecer para lograr esos objetivos”.
La reforma constitucional también tuvo su espacio en el discurso de Mewes. Sobre este punto, valoró las palabras del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, “al enfatizar que el derecho de propiedad es consustancial a una economía moderna y que, como agregó el ministro del Interior, no nos imaginamos que ningún chileno quiera colocar en riesgo”.
“Confiamos en los liderazgos del gobierno para cautelar un pilar que no puede estar en cuestión si pretendemos ser un país desarrollado, sin pobreza y con oportunidades para todos”, dijo.