Gobierno pone el pie en el acelerador y busca apurar el trámite de la reforma tributaria
Ejecutivo ingresó urgencia de discusión inmediata, lo que en teoría implica tramitar el texto en la Cámara a más tardar en seis días. La idea es que se pueda discutir la iniciativa en paralelo a la Sala. La última sesión fue el 8 de noviembre y solo se han aprobado medidas contra la evasión y elusión.
- T+
- T-
El trámite del proyecto de ley de Presupuestos en la Cámara obligó a poner en compás de espera varias iniciativas legislativas en comisiones durante esta semana. Una de ellas fue la reforma tributaria.
La última sesión de comisión de Hacienda donde abordó el proyecto fue el martes 8 de noviembre. El trámite va más lento de lo esperado y en el Ejecutivo lo saben.
Por lo mismo, el miércoles el Gobierno ingresó la urgencia de discusión inmediata al proyecto, el máximo nivel de prioridad para una iniciativa. Esto significa que la respectiva cámara tendrá un plazo de seis días para despachar el texto.
Pero esto en la práctica no significa que la reforma irá al Senado de aquí a fines de la próxima semana. La idea del Ejecutivo es que la urgencia permita discutir el texto en comisión en paralelo a la Sala, acelerando en algo la tramitación. El objetivo de Hacienda es que el nuevo sistema fiscal sea ley a más tardar en marzo próximo.
Es que hasta el minuto la instancia ha aprobado algunas medidas para combatir la evasión y la elusión, quedando pendientes temas más polémicos como la creación del impuesto a la riqueza y la desintegración del sistema impositivo, por citar algunos.
El presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara, Jaime Naranjo (PS), espera que la próxima semana ya puedan despacharse todas las normas pendientes del capítulo de evasión y elusión, para luego entrar “de lleno” a los artículos que aumentan los impuestos a los altos patrimonios. Dice que junto con sesionar en paralelo, esto permitiría también agendar nuevas sesiones para discutir el proyecto.
“El curso de acción que está llevando la reforma es normal, hubo que parar por todo lo que significa el Presupuesto”, agrega.
La visión del Parlamento
El diputado republicano de la comisión, Agustín Romero, califica como “irresponsable” la decisión del Ejecutivo de acelerar el trámite del texto, ya que “nos quedan los temas más relevantes para el país por discutir como impuesto al patrimonio, la desintegración del sistema, fin de la exención de los DFL2, el IVA, el impuesto a las herencias y donaciones, sólo como ejemplos”.
El diputado de RN Frank Sauerbaum consultó con Naranjo la idea de la urgencia, señalando que se debe a que “se perdió mucho tiempo” durante el Presupuesto.
“Me parece razonable sesionar en paralelo a la Sala, aunque creo que la discusión se seguirá dilatando ya que no hemos terminado ni siquiera el capítulo uno. Nos faltan tres capítulos más y ahora vendrán los que tenemos más diferencias con el Gobierno”, sincera el legislador.
El también RN Miguel Mellado recalca que no ve una “conspiración” para acelerar el trámite, ya que se mantiene el cronograma de sesionar lunes, martes y miércoles. Además, dice que ya están en el “área chica” de la negociación de las indicaciones en la instancia.
Los técnicos
Más allá del Congreso, el presidente de la Comisión Tributaria del Colegio de Contadores, Juan Alberto Pizarro, cree que el principio central de un “pacto fiscal”, como ha propuesto el ministro de Hacienda, Mario Marcel, requiere acuerdos y una discusión “proactiva” por perfeccionar el proyecto.
“La discusión inmediata rompe este principio. Aún faltan puntos clave de la reforma que no se han discutido con la profundidad que se requiere. Un ejemplo es el sistema dual, el impuesto al patrimonio, la tributación de utilidades retenidas de sociedades de inversión pasiva, y la tributación de las PYME, que no presenta mejoras considerables”, dice.
El socio de Moraga & Cía., Álvaro Moraga, estima “positivo” que se aumente la urgencia, ya que “termina la incertidumbre, que le ha hecho (y hace) mucho daño a nuestra economía”. El abogado espera que se rechace el texto, lo que “obligará a generar una discusión realmente bilateral” entre las partes.