Como presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Andrés Concha Rodríguez (67), es una de las voces más autorizadas para conocer el pensamiento del empresariado frente a la coyuntura política y económica que hoy vive el país. Reconocido por su sencillez y austeridad, el timonel de la organización empresarial creada en 1883, no elude preguntas y analiza el panorama actual con la serenidad que le da el conocimiento y experiencia adquirida tras más de una década vinculado a la entidad gremial.
- ¿Cómo evalúa el “primer tiempo” del gobierno?
- En el ámbito económico, tenemos una evaluación muy positiva. Bajo la actual administración, el crecimiento en Chile, a pesar del terremoto, ha estado en torno al 6% anual, la tasa de inversión se ha expandido a más de dos dígitos y el incremento del empleo ha permitido reducir sustancialmente la cesantía. Se ha impulsado el emprendimiento, la innovación y el desarrollo tecnológico; en materia de productividad se logró estructurar la llamada Agenda Impulso Competitivo, que ahora corresponde implementar; se está avanzando en la expansión del sector eléctrico y en la formación de técnicos. En general, ha sido un muy buen primer tiempo.
- ¿Viene un “segundo tiempo” en las relaciones del empresariado con el gobierno? ¿Puede ser el fin de la luna de miel?
- No, que yo sepa. Ni ha habido “luna de miel” ni conozco alguna razón para que el gobierno dé un giro en su relación con el empresariado y viceversa.
- ¿Era necesario un cambio de gabinete?
- No somos políticos, pero nos da la impresión de que si lo era. Tal vez se terminó imponiendo la idea de que era necesario fortalecer la presencia de líderes políticos de la Alianza, pues a pesar de los grandes logros alcanzados en el ámbito económico, ello no se ha traducido en un mejoramiento de la imagen del gobierno en las encuestas.
- Específicamente, ¿qué te parece que se le esté dando un cariz más político a la cartera de Economía?
- Pienso que la instalación de un ministro político en la Cartera de Economía no tiene por finalidad cambiar la de hoja ruta trazada por el presidente Piñera, sino mejorar la rentabilidad política de la misma. Confío en que el ministro Longueira redoblará los esfuerzos por sacar adelante la Agenda Impulso Competitivo, pues en ella se contienen un conjunto de 50 medidas necesarias para aumentar el PIB potencial.
- ¿Cómo crees que funcionará la dupla Larraín-Longueira, teniendo en cuenta que puede entrecruzarse una mirada técnica versus una mirada más política?
- Creo que funcionará muy bien, pues la gestión del gobierno necesita, precisamente, incluir ambas miradas.
- ¿Ha sido la agenda económica del gobierno de centroderecha?
- Unos dicen que este es el quinto gobierno de la Concertación. El ministro Longueira habla del quinto gobierno de la centroderecha. ¿Quien es el propietario intelectual de las políticas de responsabilidad fiscal, balance estructural, impulso del emprendimiento y la competitividad, control de la inflación, apoyo a las PYME, reforzamiento de la empleabilidad, trabajo decente, protección del medio ambiente, defensa de los consumidores, etc.? A nosotros nos parece que estamos frente a una estrategia país.
“Acelerador a fondo”
- ¿En qué debe rectificar el gobierno para su proyección el 2014? ¿Hoy hay espacio para ello?
- Más que rectificar, pienso que debe poner el acelerador a fondo, respecto de aquellas iniciativas que apuntan a incrementar el PIB potencial y robustecer la competitividad del país. Ello implica modernizar el Estado para mejorar la calidad de los servicios que presta y pagar sus obligaciones oportunamente erradicando las malas prácticas de entidades como la Cenabast, que abastece los hospitales públicos pero es pésimo pagador; es mucho lo que queda por hacer en el sector energía, en innovación y emprendimiento, en capacitación, en la reconstrucción de viviendas, en concesionamiento de carreteras, en inserción de la mujer al trabajo, en expandir la formación de técnicos, entre muchas otras prioridades. El gobierno tiene razón al señalar que el desarrollo de Chile no pasa por una o dos grandes reformas, sino por una multitud de mejoras en los más diversos sectores.
El riesgo de “abrir la billetera”
- Al escenario político se ha sumado un nuevo actor, la ciudadanía. ¿Hasta qué punto las movilizaciones pueden ser un factor desestabilizador para mantener una política macroeconómica sana?
- Hasta el momento no hemos visto que ello esté en juego. El riesgo podría aumentar en caso que el gobierno abra la billetera y se ponga a gastar al margen de la regla fiscal buscando con ello calmar a los movilizados. Ello contribuiría a frenar las inversiones y a detener el crecimiento. Sin embargo, no vemos al presidente ni al ministro de Hacienda en esa predisposición. Al contrario, se ha reiterado el propósito de cumplir con las metas fiscales propuestas.
- ¿Cuál crees que es la razón de fondo que explica este malestar social?
- Cada convocatoria ha tenido una razón específica. Por ejemplo, en la de educación, lo que prima son los móviles económicos (los rectores quieren un mayor aporte fiscal; los alumnos, reducción de los costos de la educación superior; los profesores escolares, mejores remuneraciones). A eso se suman las demandas por una mayor calidad de la formación que entregan las entidades educacionales. Existe también preocupación de quienes están acumulando una deuda estudiando carreras universitarias cuyo mercado de trabajo es muy reducido o mal pagado. Eso ocurre en varias carreras universitarias pero mucho menos en la educación técnica y profesional en donde las carreras son más cortas que las universitarias, el costo es más bajo y las perspectivas de empleo son más seguras.
- ¿Qué responsabilidad tiene el empresariado en ello?
- Desde hace varios años hemos pedido eliminar las discriminaciones en contra de la formación superior técnico profesional. El mercado del trabajo necesita más técnicos y menos profesionales universitarios. Hoy en la educación superior la relación de alumnos universitarios respecto de los técnicos profesionales es de 2/3 y 1/3, respectivamente. Sin embargo, el mercado del trabajo requiere contratar en la proporción inversa. En esto se esta avanzando y en este año la matrícula en formación técnica supera, por primera vez, a la universitaria.
- ¿Cómo abordar seriamente el tema de la distribución del ingreso para evitar una desestabilización social?
- En el plano inmediato, es fundamental generar más empleo, pues la principal fuente de desigualdad social es el desempleo. Hay cerca de un millón de personas inactivas que pertenecen mayoritariamente a los quintiles de menores ingresos. Si esas personas ingresan a la fuerza de trabajo y se emplean, se acabó el problema de la mala distribución del ingreso. Dado que muchos inactivos son mujeres, este camino requiere extender los programas de cuidado y protección a la infancia para que ellas puedan integrarse a la fuerza de trabajo. El otro camino es el de la mejor educación, pero este toma más tiempo.
Ética empresarial
- ¿Qué enseñanzas les deja el caso La Polar?
- La principal moraleja que hemos extraído es que no existe ningún modelo más eficaz contra la defraudación que apegarse siempre a una severa, estricta y rigurosa ética empresarial en el mundo de los negocios.
- La bandera de lucha de Longueira son los consumidores. ¿Cuánto afectará ello al mundo empresarial?
- Nos parece de lo más normal que el gobierno ponga un especial énfasis en la defensa de los derechos de los consumidores, porque de esa manera, se les da una señal muy clara y potente a todos quienes pretendan burlar la fe pública.