Innovadora chilena es reconocida por su dispositivo robótico para no videntes que reemplaza el bastón
Daniela Sáez es una de las 25 mujeres en Latinoamérica premiada por 3M, por su arnés que combina sensores de proximidad y una pulsera que identifica colores, con el cual busca mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad visual.
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3M reconoció a 25 mujeres de la ciencia en Latinoamérica, entre ellas a la chilena Daniela Sáez, ingeniera electrónica y coordinadora de Innovacien -ONG que fomenta la innovación y el emprendimiento en el sistema escolar- por su proyecto I-Sense.
Se trata de un dispositivo robótico con sensores de proximidad y colores para que personas ciegas puedan caminar reemplazando al tradicional bastón. "Va en una especie de arnés que se pone sobre la ropa a nivel de las piernas y el pecho, para evitar obstáculos que estén tanto en el suelo como en altura, como gabinetes de instrumentos para incendios y cabinas telefónicas, por ejemplo, que muchas veces el bastón no alcanza a captar", explica Sáez.
Para captar colores se utiliza una pulsera en la muñeca que detecta la frecuencia lumínica, "que dependiendo de la longitud de onda puede asociarse a un color en específico", dice la creadora. Cuando el usuario lo requiera, presionará un botón presente en la pulsera que activará los sensores, y luego, una vez detectado el color, se lo indicará al usuario a través de audio.
"Si bien las personas con discapacidad visual no pueden ver colores y muchos ni siquiera saben cuál es el verde o rojo, este dispositivo puede ayudar en cosas como saber de qué color es mi casa o de qué color es mi ropa, algo que no pueden hacer de manera independiente", grafica.
Sáez, de 25 años, comenzó a desarrollar la tecnología en su época escolar, cuando participó del programa Explora de Conicyt (hoy Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID). "El tema era neurociencia. Siempre he pensado que los sensores de los robots son similares a los sentidos humanos, y pensé que la robótica podría ayudar a personas que están privadas de un sentido", cuenta.
El reto de la comercialización
Para llegar con la solución a personas con espectro de discapacidad visual, la idea es vender la tecnología y/o asociarse con fundaciones y las ONG que apoyen a personas ciegas, pero aún no hay un plan de negocios definido para hacerlo.
Hoy el dispositivo se encuentra en etapa de producto mínimo viable (MVP, por su sigla en inglés), y Sáez trabaja para llegar con una versión mejorada al mercado. Está armando un equipo para lograr que la tecnología sea más ergonómica y se pueda usar como una chapita sobre la ropa.
En ese sentido, la iniciativa de 3M, que busca reconocer el papel de mujeres que han generado una solución o emprendimiento con impacto social en la región desde el campo científico, aportará redes de contacto y sesiones de coaching con expertos en las áreas relacionadas con el proyecto.
"Los próximos pasos serán ir a pedir fondos para continuar con el desarrollo de esta tecnología y poder llegar al público objetivo prontamente", adelanta Sáez.