IA: grandes preguntas anteceden grandes inversiones
AXEL CHRISTENSEN Director de Estrategia de Inversión para América Latina de BlackRock
- T+
- T-
AXEL CHRISTENSEN
Sin duda, la inteligencia artificial (IA) capta la atención del mundo financiero. No parece ser una moda pasajera, pues esta transformación tecnológica ya está cambiando economías y mercados significativamente, impulsando oportunidades y desafíos para los inversionistas.
Su potencial es enorme, pero la evolución exacta de la IA sigue siendo incierta y plantea grandes preguntas. Por ello resulta útil desarrollar un marco de tres fases (construcción, adopción y transformación) para seguir su evolución e intentar dar respuestas:
“¿La IA aumentará la productividad? A corto plazo, las alzas serán moderadas. Si puede impulsar la innovación a escala, se ampliará la capacidad de producción, aliviando las presiones inflacionarias y empujando el crecimiento”.
¿La IA aumentará la productividad? A corto plazo, los aumentos serán moderados, a medida que la IA remodela tareas específicas e incrementa la eficiencia de trabajadores en varias industrias. Si puede impulsar la innovación a escala, entonces se ampliará la capacidad de producción, aliviando las presiones inflacionarias e impulsando el crecimiento económico de manera más significativa. Sin embargo, esto realidad requerirá primero una infraestructura a gran escala en todas las industrias.
¿Qué tan grande podría llegar a ser la construcción? La inversión anual en centros de datos y chips de IA podría superar los US$ 700 mil millones para el 2030 -más del 2% del PIB de EEUU- impulsada por el crecimiento exponencial en el tamaño y la complejidad de los modelos de IA. Una inversión de esta magnitud crea un rol vital para los mercados de capitales y oportunidades de inversión. El gasto total en IA e infraestructura podría acercarse a los niveles de la revolución industrial, aunque limitaciones productivas y regulatorias pueden afectar el resultado.
¿Afectará la IA la demanda de energía? Las enormes necesidades de energía de la IA podrían sobrecargar las redes a corto plazo, ralentizando su desarrollo. Con el tiempo, pueden impulsar la eficiencia energética y llevar a una economía baja en carbono, pero esos ahorros solo llegarán después de una adopción generalizada, con mayores costos de energía (y presiones inflacionarias) a corto plazo.
¿Cómo alterará la economía? La IA remodelará la economía redefiniendo producción, trabajo y consumo. Y con ello creará nuevos puestos laborales e industrias. Sectores como finanzas y tecnologías de la información serán los primeros en adoptarlo. La rápida adopción puede impulsar la inflación, con la demanda superando la recapacitación, lo cual es parte de la transición hacia un nuevo equilibrio económico.
¿Es esto una repetición de la burbuja de las puntocom? No pareciera serlo. Las valorizaciones de las grandes empresas tecnológicas si bien son elevadas, están lejos de los extremos observados durante la era de las puntocom. La concentración actual del mercado no tiene por qué ser motivo de preocupación, pero a medida que la IA evoluciona, también pueden hacerlo las oportunidades.
Hay cuatro puntos clave de inversión que abarcan la infraestructura, los líderes de mercado, la inversión privada y futuras fuentes de ingresos: 1) La fase de construcción de infraestructura ofrece un potencial significativo, particularmente en centros de datos y semiconductores ligados a IA. 2) Las empresas tecnológicas de mayor tamaño son las principales beneficiarias de esta fase, incluso cuando aumente la competencia. 3) Los mercados privados son esenciales, ya que permiten acceso a futuros ganadores antes de que salgan a bolsa. 4) El valor final puede surgir más allá de los sectores que adoptan directamente la IA, por lo que los inversionistas deben ser flexibles.