Emprendimiento en el currículum educativo
Gina Ocqueteau Emprendedora
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Gina Ocqueteau
Hace pocos días este medio publicó una muy positiva noticia para el ecosistema de emprendimiento nacional: luego de mapear distintas experiencias internacionales y estudiar casos de universidades como Harvard, MIT, Stanford, Berkeley, Boston College y un par de instituciones finlandesas, la Universidad del Desarrollo (UDD) diseñó el New Ventures Acceleration Program, un programa dirigido a estudiantes de Ingeniería Comercial con el objetivo de enseñarles a crear y fundar una startup durante los últimos dos años de la carrera.
De acuerdo a lo que plantea el currículum, se busca que los jóvenes aprendan mediante la acción a crear emprendimientos innovadores bajo una metodología de aprendizaje activo donde se abordarán distintas temáticas. Entre ellas, cómo desarrollar una idea de concepto, cómo gestionar el riesgo, modelar un negocio, levantar capital, generar escalamiento y nuevos negocios.
“La propuesta de la UDD es un paso concreto en algo que muchos expertos en la materia vienen pidiendo hace tiempo: la necesaria actualización del sector educativo. Porque el mundo empresarial y emprendedor requiere de personas con capacidades transversales”.
Esta propuesta es un paso concreto en algo que muchos expertos en la materia vienen pidiendo hace tiempo. Me refiero a la necesaria actualización del sector educativo, que junto con impartir conocimientos teóricos y experiencias empresariales de las últimas décadas, necesitaba ponerse al día con lo que está ocurriendo actualmente. Porque más allá de la capacitación específica de cada carrera, el mundo empresarial y emprendedor requiere de personas con capacidades transversales.
Así lo plantea el Foro Económico Mundial (WEF) en su tercera edición del “Informe sobre el futuro de los trabajos” lanzado el año pasado, en el cual señala las habilidades que serán las más demandadas en 2025 y donde destacan el pensamiento crítico y analítico, la innovación, el aprendizaje activo, la resolución de problemas complejos, la resiliencia, la tolerancia al estrés y flexibilidad, junto con creatividad, originalidad, liderazgo, influencia social e inteligencia emocional. Por eso, ¿qué mejor manera de aprender que probando en la práctica con un enfoque que permita descubrir oportunidades, explorar, experimentar, diseñar negocios y crear valor?
Otro aspecto positivo del programa es que los estudiantes no estarán sometidos a evaluaciones ni pruebas, sino que el éxito se medirá por el número de patentes que se generan, la cantidad de emprendimientos y su impacto directo en las personas y la sociedad. Tal como en la vida real, donde los emprendedores deben aprender de sus errores y cambiar el rumbo sobre la marcha para obtener resultados distintos, esta experiencia les facilitará tomar decisiones asertivas, superar desafíos y reconocer desde muy temprano el tremendo aporte de recurrir a redes de apoyo a través de sesiones de coaching y mentorías, la retroalimentación entre pares y la interacción entre emprendedores e inversionistas.
Ejemplos como este, al que ojalá puedan sumarse más universidades -y también adaptarse los colegios con programas especiales enfocados en niños y adolescentes- son una muestra clara del vuelco que exige la educación actual. Debemos ser proactivos en implementarlos para incorporar en el mindset de las nuevas generaciones la relevancia de identificar un problema que afecta a las personas, crear un proyecto desde cero, entregar una solución concreta y convertirse en parte del cambio que necesitamos ver para que Chile pueda avanzar social, económica y sustentablemente hacia el futuro.