El rol del Fisco en el tipo de cambio
En esta columna planteamos que lo importante es el gasto de gobierno, más que su déficit
En el último tiempo se ha generado una discusión respecto del rol que le cabría al Fisco a la hora de atenuar la trayectoria de apreciación que ha experimentado el peso. Una vez realizada la intervención cambiaria por parte del Banco Central, muchos se preguntan cómo podría cooperar Hacienda. Para algunos, el problema está en el déficit fiscal que presionaría hacia el fortalecimiento del peso. En esta columna planteamos que lo importante es el gasto de gobierno, más que su déficit.
El argumento que sostienen varios analistas, identifica un superávit en el presupuesto público en dólares y un déficit en sus operaciones en pesos. Se concluye que al financiarse el déficit en pesos con la venta de dólares se apreciaría el peso. En efecto, la venta de dólares por parte de Hacienda anularía los efectos de la compra efectuada por el Banco Central. Sin embargo, las compras o ventas de dólares que haga Hacienda o el Banco Central no tendrían un efecto directo sobre el tipo de cambio. Los estudios sobre intervención cambiaria encuentran que el efecto es pequeño, transitorio y que actuaría de manera indirecta a través de mandar una señal sobre el curso futuro de la política monetaria. La intervención reciente del Banco Central habría señalado que el ritmo de alza en la tasa de política monetaria se moderaría. Esto fue ratificado en la reunión siguiente de política monetaria, cuando se optó por mantener la tasa en el nivel de 3,25%. Adicionalmente, la intervención podría dar información respecto a cuan desalineado de los fundamentos se encuentra el tipo de cambio. Por este motivo, es muy improbable que las ventas de dólares de Hacienda tengan algún efecto sobre el tipo de cambio. La forma como se financia el déficit en pesos: vendiendo dólares o emitiendo deuda en pesos o UF, no tendría efectos de primer orden.
Por el contrario, la trayectoria del gasto fiscal es importante en la determinación de los precios relativos de la economía. Desde el punto de vista de la competitividad de las exportaciones, lo relevante es el tipo de cambio real: tipo de cambio corregido por precios externos e internos. Un mayor gasto fiscal respecto del PIB induce un ajuste al alza en el precio relativo de los bienes y servicios no comerciados internacionalmente, respecto del precio de los bienes exportados e importados. El ajuste del tipo de cambio real se materializaría mediante una apreciación nominal del peso. Aún si el mayor gasto no generará déficit alguno, al ser financiado con un alza de impuestos, podría tener impacto sobre el tipo de cambio real. En este caso, los privados reducirían su gasto al ver una caída en su ingreso disponible, pero el efecto neto incluso puede llevar a una apreciación, si el gobierno gasta una mayor proporción en bienes no comerciados internacionalmente que el sector privado.
La literatura empírica encuentra que el efecto de un mayor gasto fiscal sobre el tipo de cambio real es significativo. En efecto, un incremento de la razón gasto de gobierno a PIB de un punto porcentual reduciría el tipo de cambio real entre 0,5% a 3,5%. Por lo tanto, la atención debería ponerse en el gasto de gobierno más que en su déficit y composición de éste en moneda nacional o extranjera. Para fortalecer la competitividad de los sectores vinculados al comercio exterior, la contribución del gobierno debería consistir en moderar el crecimiento de su gasto en los próximos años, acelerando el paso hacia el equilibrio estructural.