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Diseño del peso chileno digital: ¿hacia dónde vamos?

María Pía Aqueveque, directora de empresas y experta internacional en activos digitales

Por: María Pía Aqueveque | Publicado: Viernes 20 de mayo de 2022 a las 04:00 hrs.
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María Pía Aqueveque

A la fecha, alrededor de 100 países están estudiando, piloteando o implementando una moneda digital de Banco Central (MDBC). Recientemente, el Banco Central de Chile publicó su primer informe de la evaluación preliminar de la emisión de una MDBC en nuestro país.

El documento señala ocho principios generales, muy al estilo de la Unión Europea y el FMI, que se podrían resumir en: convertibilidad a valor par con su formato físico; estructura híbrida sin relación directa con usuarios (como es actualmente); interoperabilidad para coexistir con medios de pago actuales; instantaneidad de pagos; mecanismos para reducir riesgo de des intermediación financiera, funcionamiento online y offline; privacidad de datos personales; y mecanismos de prevención de lavado de activos y por último, ciberseguridad y resiliencia.

“En un mundo donde la estructura del sistema monetario, los procesos productivos y lo que los ciudadanos quieren están cambiando, ¿de verdad queremos replicar todo?”

Todos principios “políticamente correctos” que, más que a una innovación en el diseño actual del sistema monetario, representan un “upgrade” tecnológico. Y también, yo hubiera agregado la importancia de la flexibilidad del diseño de la plataforma para adaptarse a las innovaciones del sistema monetario en sí, que está evolucionado y cambiando a nivel global.

Tampoco el BC hace mención de ninguna tecnología específica. Esto último hace suponer tácitamente qué son “agnósticos”, tecnológicamente hablando, como en el caso del e-CNY, también conocido como yuan digital y oficialmente llamado Pago Electrónico de Moneda Digital (DC/EP). Este es un modelo de dos niveles, como el que piensa el Banco Central chileno, y donde solo el proceso de reconciliación en el primer nivel utiliza “distributed ledger technology” (DLT), mientras que todo el resto es infraestructura “legacy”.

En un mundo donde la estructura del sistema monetario, los procesos productivos y lo que los ciudadanos quieren están cambiando, ¿de verdad queremos replicar todo? ¿O más bien queremos mantener ciertos principios y mejorar el diseño del sistema monetario heredado desde la creación del primer banco central por el Parlamento Sueco en 1668?

Hoy el banco central de Suecia, el Riksbank, aun cuando se declara agnóstico, está al mismo tiempo iterando entre la conceptualización y experimentación de la tecnología DLT. Han adoptado el modelo “Lean Startup”, que es un aprendizaje validado a través del circuito de feedback Crear-Medir-Aprender, en este caso, de aspectos de política monetaria y tecnología. Además, el Riksbank paulatinamente ha incorporado a distintos actores en sus pilotos, bancos, Fintech y negocios, solo para aprender y conocer incentivos de los actores involucrados. Modelo que sería interesante implementará el Banco Central de Chile, paralelamente a los seminarios y mesas de trabajo a los que ya se ha comprometido.

Otro elemento relevante para el caso chileno sería que el gobierno o el Congreso realizaran una consulta pública sobre los principios de la sociedad y economía digital que queremos en Chile. Los resultados de este tipo de instancias enriquecerían la conversación, validarían el proyecto del peso chileno digital y de otros elementos clave, como la identidad digital.

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