DF Conexión a China | Mirando el origen del Covid-19
Sofía Boza Facultad de Ciencias Agronómicas e Instituto de Estudios Internacionales, Universidad de Chile
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Sofía Boza
El origen preciso del Covid-19 ha sido objeto de intensa discusión e incluso especulación. El Presidente Trump llegó a declarar que el mundo está pagando por lo que “ellos” (los chinos) hicieron y que el virus pudo ser “parado donde comenzó” (China). Mientras tanto, los ministros de Defensa y Exteriores chinos sugirieron que el ejército estadounidense llevó el virus a Wuhan.
Por su parte, la comunidad científica considera altamente improbable el origen artificial de la pandemia. Un artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature Medicine, señala como uno de los orígenes más factibles la transmisión de un hospedero animal a un humano. Ello refuerza la hipótesis del mercado de Huanan, en la ciudad de Wuhan, como lugar de inicio, y al murciélago o al pangolín –este último importado ilegalmente en Guangdong– como candidatos a hospedero.
No se trata de la primera vez que una epidemia tendría un origen animal. El H1N1, identificado en Estados Unidos hace 10 años y que causó decenas de miles de víctimas mortales, se transmitió de cerdos a humanos. El H5N1 en 1997, más conocido como gripe aviar, y el SARS en 2002 también tuvieron hospederos animales. Una alta densidad de población animal en contacto con población humana hace más probable este tipo de transmisiones, denominadas zoonosis. Por ello, es imperativo tomar medidas para poder evitar la reincidencia de escenarios tan fatídicos.
Hasta ahora, los requisitos relacionados con los alimentos de origen animal han estado centrados principalmente en garantizar que éstos sean inocuos al momento de su consumo. Así mismo, muchos países –especialmente aquellos en desarrollo– fiscalizan con significativa mayor intensidad los alimentos para exportar que lo que se comercializa en su mercado interno. Dicho de otra forma, son más permisivos con los estándares sanitarios y de higiene en territorio nacional.
China es uno de los países que reporta una más extensa regulación sanitaria y fitosanitaria. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales chino reconoce en su planificación, como reto para su producción de alimentos, la necesidad de mayor capacidad de control en este sentido. Por otro lado, como en muchos países emergentes, la legislación sobre bienestar animal en China está aún muy poco desarrollada. Esto se entrelaza con la presencia de animales salvajes como ingrediente tradicional en la gastronomía de ciertas provincias chinas.
El Covid-19 deja más claro que nunca que habitamos una “aldea global”, donde las acciones en un determinado lugar pueden tener gran incidencia a miles de kilómetros. Todos los países, pero en especial aquellos tan interconectados como China, deben ser muy conscientes de ello. Algunas acciones llevadas a cabo por el gobierno chino muestran un decidido ánimo por ayudar ahora a mitigar los efectos del coronavirus en otros países y esperemos que también en el futuro exista en China, y globalmente, un gran esfuerzo por prevenir situaciones similares.