DF Tax | Bicicletas con neumáticos parchados
Magdalena Brzovic, socia de Brzovic & Cía. y de la alianza con Fontaine & Cía.
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Magdalena Brzovic
En tiempos en que el mundo está en guerra, la inflación nos golpea y la incertidumbre es pan de cada día, Chile trata de salir al paso.
Ayer se dio a conocer por el ministro Marcel y la Subsecretaria de Hacienda tres proyectos de ley tributaria, que más que una reforma estructural, son nuevos parches a neumáticos de bicicletas que ya están demasiado gastados.
“Si en lugar de estrujar más un limón escuálido, dejáramos los parches, y concentramos energías en dotar al Estado de mayores recursos para implementar sistemas computacionales exitosos y eficientes, la recaudación aumentaría sin tener que tocar las tasas”.
Es cierto que todo nuevo gobierno necesita recursos para implementar sus políticas públicas. Nuestras autoridades no han innovado y los últimos tres Presidentes han dictado cinco reformas.
El sistema tributario chileno no da para más. He sido testigo de lo que han significado las reformas tributarias aprobadas desde el año 2013 en adelante. No solo para los asesores sino para los dueños de las empresas, chicas y grandes, debiendo destinar una gran cantidad de tiempo para cumplir con las nuevas obligaciones que no solo buscan recaudar más, sino entregar a los contribuyentes la carga administrativa de entregar la información contable, legal y tributaria al SII hasta el último detalle.
Recordemos la recién ley aprobada para que los bancos e instituciones financieras informen a dicho servicio los saldos en cuentas corrientes de sus clientes cuando registren movimientos diarios, semanales o mensuales equivalentes al citado monto superiores a UF1.500 (unos $ 47,6 millones aproximadamente). Además, el banco debe informar al fiscalizador el RUT del titular o titulares de la cuenta, el controlador del titular y el beneficiario efectivo cuando corresponda.
Y así podríamos seguir con una eterna lista leyes que buscaban más recursos, pero que en la práctica nunca lograron las metas esperadas.
¿No sería más sensato, dada las voces de los expertos que con cada reforma nos advierten de sus efectos negativos en la actividad económica además de una peor recaudación, ver el asunto de otro modo, algo más innovador?
El desarrollo tecnológico de los negocios, que ha permitido start up exitosas, levantamiento de capitales para ideas innovadoras etc. etc. debiera ilustrarnos.
La experiencia comparada en países que han invertido en tecnología para la recaudación de impuestos es exitosísima. Basta conocer la historia de Estonia, país que ha sido tan innovador que no solo logró recaudación record en su país, sino que hoy exporta dicho modelo a varios países.
La tecnología permite en ese país que lo único que un ciudadano no pueda hacer por internet sea casarse y comprar una propiedad raíz. Todo lo demás es posible a través de un dispositivo electrónico que la ley le garantiza a cada contribuyente y que le permite interactuar con sus autoridades 24/7.
Estoy segura que si en lugar de estrujar más un limón escuálido o dejáramos los parches que no resuelven el problema y concentramos energías en dotar al Estado de Chile de mayores recursos para implementar sistemas computacionales exitosos y eficientes, la recaudación aumentaría sin tener que tocar las tasas. Es increíble cómo el legislador chileno piensa que si aumenta la tasa o pone nuevos impuestos eso por sí solo aumentará la recaudación. Es necesario echar mano a lo nuevo y probar, aunque sea por una vez exigir más al Estado y menos al ciudadano.