Banco Central e IPoM: holguras (¿?), creatividad y unión
Paulina Yazigi S. Gerente de Inversiones Nogaleda y Miembro del Comite Financiero de los Fondos soberanos
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Paulina Yazigi S.
En diciembre, Mario Marcel decía que ese IPoM había sido por lejos el más difícil. Nada hacía presagiar, que el de marzo sería aún peor. De hecho, si bien el informe de ayer fue optimista con la inflación, creo que esta vez enfrentamos mayores interrogantes. Hoy está lejos de la meta, enfrentamos una depreciación de casi 30% anual y, lo que complica más, es que el pass-through podría ser mayor, puesto que esta vez el peso sí se debilita contra gran parte de nuestros socios comerciales. Además, este shock es de oferta, es decir, la escasez sumado a sequía, podrá impactar de forma significativa.
El efecto en cadena sobre la demanda podría contrarrestar las presiones inflacionarias. Y la caída del precio del petróleo sería su aliado, pero no sabemos la duración de este fenómeno global. Lamentablemente, más temprano que tarde, ayudará también la caída en remuneraciones.
Quizás nos libramos de la estanflación, pero no de la recesión. ¿Con qué herramientas cuenta el BC para combatirla? La tasa de política monetaria (TPM) es el caballito de batalla, situándola en 0,5% hace dos días. A menos que vayamos a la dimensión desconocida, al BC se le están acabando las municiones aquí. Pero como lo decía en el IPoM ayer, desplegará toda la artillería necesaria. Porque no sólo vela por la estabilidad de los precios, sino que también del sistema financiero. Ya en noviembre empezó la intervención cambiaria más grande en nuestra historia. Las últimas semanas no han descansado anunciando medidas extraordinarias para proveer liquidez y apoyar el crédito, tales como la compra de bonos bancarios y el financiamiento condicional a los bancos. Estas buscan aumentar el estímulo monetario cuando la TPM se encuentra en su límite inferior (del nuevo Corredor de TPM).
Es más, el mismo anuncio de este “corredor”, más el Marco de Política Monetaria, son otras formas en que el BC busca elevar su efectividad. Hace años vienen trabajando en su comunicación verbal como una herramienta más, y se ha notado la mano de Marcel en este aspecto.
Pero, aun así, nuestro Central parece rezagado en relación a iniciativas de otros. ¿Y para qué ponerse más creativos? Primero, porque aún no sabemos la profundidad de esta crisis. Segundo, para asegurarnos que la liquidez llegue a quienes lo necesitan. Tanto es así, que el BoE estableció una línea de financiamiento directa hacia pymes. Tercero, porque no hay tiempo que perder.
Pero este esfuerzo es de todos. Hacienda, Corfo, la CMF, los bancos, gremios, y políticos corren buscando apaciguar la pandemia. Por esto, debemos analizar alternativas tales como que el BC pueda comprar bonos corporativos o financiar a Hacienda. Es peligroso quizás, pero establezcamos claramente el cuándo, cuánto y cómo. O considerar la participación de las AFP a través de la creación de un fondo para pymes. De alguna forma u otra, a todos nos tocará hacer de curanderos. La unión hace la fuerza.