Se tramita en la actualidad una moción presentada por parlamentarios de distintos partido políticos en la Cámara de Diputados que tiene por objetivo establecer reglas especiales sobre jornada a los trabajadores del comercio que presten servicios los días domingo y festivos.
Este proyecto plantea que, independientemente de la modalidad de contratación, a todo trabajador del comercio que preste servicios durante esos días deberá pagarse su jornada ordinaria con un recargo del 75% y de un 100% si trabaja horas extraordinarias, sin perjuicio de acordar compensación de un día por cada domingo o festivo trabajado.
Nuevamente nos encontramos frente a una iniciativa que se gesta pensando sólo en las grandes empresas dedicadas al rubro, pero desatendiendo la realidad de los pequeños comercios, que serían los principales perjudicados Este tipo de medidas es un claro desincentivo a la contratación de trabajadores, más si consideramos que la comisión de Trabajo de la Cámara no quiso exceptuar de este régimen a los contratos part time y a aquellos que se contratan sólo para fines de semanas y festivos. Muchos de los trabajadores que prestan servicios en aquellos días optan por este régimen laboral por su propia voluntad o por razones de compatibilización de trabajo con otras actividades como estudios o maternidad.
Además, llama la atención las prevenciones de constitucionalidad de la moción, toda vez que aquellas materias de ley que dicen relación con fijar las remuneraciones mínimas de los trabajadores del sector privado, aumentar obligatoriamente sus remuneraciones y demás beneficios económicos o alterar las bases que sirvan para determinarlos, son de iniciativa exclusiva del presidente de la República, cuestión que queda en evidencia en este proyecto al aumentar las bases de recargo de las remuneraciones tanto en el sueldo por jornada ordinaria como en el sobresueldo por jornada extraordinaria.
Más grave aún es la indicación incluida el pasado martes que establece que estos trabajadores no podrán prestar servicios durante esos días más allá de las 5 de la tarde. En otras palabras, el comercio deberá cerrar sus puertas los domingos y festivos más temprano, lo cual no sólo dice relación con malls y supermercados, sino también con panaderías, farmacias, restaurantes, cines, independientemente de su tamaño.
Cuesta mucho trabajo entender la promoción de estas medidas, sin que exista una verdadera reflexión acerca del encarecimiento de la contratación y las pérdidas millonarias al país, considerando la actual desaceleración y, de paso, la afectación tanto de quienes quieren trabajar los festivos como de quienes desean disfrutar de sus días libres como mejor les parezca.