El número de personas que cotizan para su pensión aumentó por tercer mes consecutivo en enero, según cifras de la Superintendencia de Pensiones.
Así, en enero los cotizantes de AFP crecieron 1,8% respecto del mismo mes del año anterior y llegaron a seis millones de personas, nivel que no se registraba desde hace dos años, específicamente en enero de 2023.
Al cierre de enero, 6.015.257 personas cotizaron para su pensión, lo que se traduce en 108 mil ahorrantes más que en el mismo mes de 2024, según los datos del regulador.
Señal positiva, pero con signos de debilidad
Economistas especialistas en la materia aseguraron a DF que, si bien se trata de una señal positiva para el empleo formal, aún muestra algunos signos de debilidad.
La economista e investigadora de Clapes UC, Carmen Cifuentes, catalogó la tendencia de los tres meses al alza como “una señal positiva, que sugiere una mejora respecto de la situación observada doce meses atrás”.
Explicó que, desde noviembre de 2024, “se observan ciertos ‘brotes verdes’ en el empleo asalariado formal, aunque los repuntes siguen siendo marginales”.
Eso sí, comentó que al comparar la cifra del primer mes de este año con la de enero de 2023, el número de cotizantes muestra una caída de aproximadamente 16 mil personas. “Aun así, se mantiene como el segundo valor más alto de toda la serie, solo superado por el registrado en enero de 2023”, dijo.
Para el director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, Juan Bravo, las cifras de la Superintendencia de Pensiones como del INE, “refuerzan la visión de un escenario de un mercado laboral que está en un proceso de recuperación gradual, pero aún debilitado”.
“La tasa de desempleo de 8% sigue siendo muy elevada en términos históricos, si consideramos que la tasa de desempleo promedio en el periodo 2010-2019 fue de 6,9%”, agregó el economista.
¿Empleo más precario?
Bravo sostuvo que “si bien es una buena noticia que la creación de empleo esté liderada por el empleo formal, esto no significa que la creación de empleo no sea precaria, pues la formalidad laboral no es la única arista a la hora de evaluar la calidad del empleo”.
En ese contexto, manifestó que “las cifras revelan que la totalidad de los empleos creados en el último año está en el subempleo, ya sea por insuficiencia de horas (empleos a jornada parcial, pero de forma involuntaria porque a la persona le gustaría y estaría disponible para trabajar más horas) o por calificaciones (ocupados con educación superior completa ejerciendo empleos de mediana o baja calificación)”.
Puntualmente, detalló que en el último año los subempleados aumentaron en más de 125 mil, mientras que los ocupados no subempleados cayeron en casi 5 mil. “Así, la precariedad de la creación de empleo hoy se manifiesta en el subempleo y esto es un claro síntoma de la debilidad del mercado laboral", agregó.
Para Cifuentes, si bien algunos indicadores comienzan a mostrar señales positivas sobre la evolución del empleo asalariado formal, “todavía es temprano para proyectar una recuperación significativa, particularmente en el sector privado, donde los avances observados hasta ahora han sido acotados”.
En esa línea, estimó que “será clave monitorear la evolución de los próximos meses e incorporar otros indicadores que permitan un diagnóstico más integral”.