La tregua que ofreció en el mercado del petróleo la Reserva
Federal, a través de un freno en la escalada del euro, se desvanece, en
vísperas ahora de la reunión del Banco Central Europeo. Los problemas de
suministro en países como Irán y Nigeria están detrás ahora de los nuevos
récords que bate el crudo. Desde Goldman Sachs no descartan que se acerque a
los US$ 200 dólares.
La relajación que por momentos experimentaron la semana
pasada dos mercados tan ligados en los últimos tiempos como el del petróleo y
el de divisas parece quedar olvidada. El precio del crudo se disparó ayer más
de cuatro dólares por barril, hasta alcanzar sus máximos históricos por encima
de los 120 dólares.
En el día de hoy esta escalada continúa, y el barril tipo
West Texas ha marcado un nuevo techo en 120,54 dólares. El barril Brent también
amplió su récord, al situarlo en 118,84 dólares.
La semana pasada, las previsiones de un parón en el ciclo de
bajadas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal sirvieron de
estímulo para el rebote del dólar, y a su vez, propiciaron una corrección en el
mercado del petróleo, monopolizado por la divisa estadounidense.
A dos días para la reunión del Banco Central Europeo (BCE),
el dólar ha suavizado su reacción, y deja abiertas las puertas a un nuevo
repunte en el precio del crudo. Las tensiones geopolíticas, centradas en las
últimas jornadas en Irán y en Nigeria, favorecen también las subidas en el West
Texas y en el Brent.
En algunos casos, los analistas tampoco contribuyen
precisamente a relajar las tensiones en el mercado del petróleo. Goldman Sachs
considera probable que el precio del crudo se dispare a un rango de entre US$ 150
y US$ 200 dólares en un par de años, como reflejo, añade, de los problemas para
el aumento en el suministro.