Celebrando la diversidad de miradas
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Carolina Cuneo, gerente de Marketing & Consumer Intelligence de GfK-NielsenIQ, reflexiona sobre los espacios que ayudan a disminuir las brechas de género dentro de la industria publicitaria y los desafíos para este 2025. Conoce su análisis en la primera columna “Estrategas” del año, una alianza de APG y Diario Financiero.
En esta primera columna del 2025, quiero destacar la importancia de tener un espacio como “Estrategas”, en donde podemos dar visibilidad al aporte de las mujeres en las industrias del marketing y la publicidad.
En APG creemos que la riqueza en un abordaje estratégico radica, en gran parte, en la inclusión de miradas diferentes, por lo que durante todo el 2024 invitamos a participar en esta plataforma a mujeres destacadas del mundo avisador, agencias, docencia, entre otros, para entregarnos ejemplos concretos de cómo la mirada femenina hace la diferencia. Algunos puntos clave que quisiera traer a la mesa a modo de síntesis y de nuevos comienzos.
- Al interior de las organizaciones, destaco el tema del liderazgo. El liderazgo femenino es diferente al masculino. Y hoy, cuando las nuevas generaciones critican el modelo tradicional, cuestionan la formalidad y exigencias de tiempo completo del actual modelo de trabajo, el liderazgo colaborativo y la búsqueda de un balance vida personal/laboral más propio de las mujeres, adquiere más valor que nunca.
- En segundo lugar, hoy las mujeres continúan liderando las decisiones de compra en el consumo masivo, aunque los hombres se han sumado a pasos agigantados a esta labor. Pese a esto, ellas no se sienten identificadas con la publicidad que hacen los fabricantes. Existe el desafío de lograr entender drivers de las mujeres en el consumo y de cómo las reflejamos en la publicidad. Sin duda, la incorporación de mujeres en roles de decisión -tanto al interior de las empresas como en la mirada creativa desde las agencias- es fundamental para ir cerrando esta brecha.
- Y el tercer gran tema que quiero destacar, desde la mirada de nuestras invitadas, es el síndrome del impostor. Socialmente las mujeres hemos tenido en la historia un rol secundario frente a los hombres. Y esta imagen se sigue cargando en los hombros de las generaciones actuales, por lo que vemos a mujeres excelentes y muy formadas, dudando de su aporte y llevándolas constantemente a justificar su valor sin sentirse aun seguras de esto. El problema radica en la sobreexigencia que las mismas mujeres se hacen, pero el lado positivo es la certeza de que hoy contamos con grandes profesionales ávidas de aportar.
Mucho se ha avanzado en nuestro país en esta materia, pero sigue existiendo una brecha, por lo que debemos seguir contribuyendo a que se minimice y que podamos gozar de la riqueza que nos entrega la diferencia de miradas: de género, de edades, de clases sociales, entre otras.
La invitación está hecha, por un 2025 con más diálogo, con más conversaciones, con más tolerancia hacia lo diferente y con más estrategia para el éxito de todos los negocios.