Por Anna Fifield
El próximo destino del tour en ómnibus de Sarah Palin podría ser el estado de New Hampshire, donde llegaría esta semana. O quizás no. Quizás sea Iowa. ¿Quién lo sabe? Ni sus seguidores, ni el aparato del Partido Republicano y ciertamente no los medios de comunicación.
Al empezar el fin de semana pasado su gira bautizada “One Nation” en un ómnibus adornado con banderas estadounidenses, Palin desató una cacería mediática. Tras un período en el que se notó por su ausencia, la reaparición de la ex gobernadora de Alaska (y la perspectiva de que pueda ir a dos de los estados en que se realizarán el año próximo las primeras elecciones primarias republicanas) hizo que se especule si la ex candidata a vicepresidenta competirá por la nominación de su partido.
El grupo de competidores republicanos está casi completo: Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, y Tim Pawlenty, ex gobernador de Minnesota, ya han dicho que participan, y se espera que Mitt Romney, el ex gobernador de Massachusetts, anuncie su candidatura esta semana. Pero la gran incógnita sigue siendo Palin, que rechaza las reglas normales de la participación política, fiel a su enfoque inconformista.
Aunque tiene muchos seguidores entre la gente del movimiento conservador denominado Tea Party, la ex gobernadora no resulta atractiva para la base más amplia del Partido Republicano, que la considera demasiado extremista para conseguir el voto de los moderados y los independientes.
Palin ha dicho que la gira “One Nation”, que tiene toda la escenografía de una campaña presidencial, es parte de un esfuerzo por “educar y energizar a los estadounidenses en lo relacionado con los principios fundamentales de nuestra nación”. Este tour parece destinado a convertirse en algo así como “los grandes hits” de la Constitución, lo que seguramente resultará atractivo para el Tea Party. Durante el último fin de semana largo del Memorial Day, Palin y su familia fueron a ver la carta magna en el Archivo Nacional, en Washington, y después visitó Gettysburg y Fort McHenry, famosos campos de batalla de la Guerra Civil.
Después, siguiendo con su estilo poco presidencial, la ex candidata apareció en el desfile anual de motos Rolling Thunder, realizado en Washington en honor de los veteranos, montada en una Harley-Davidson y con chaqueta de cuero.
Pero, aunque necesitará a los medios si decide competir, por ahora Palin sigue haciendo lo posible por mantener la incógnita y evitar a los periodistas.