Por Shi Jiangtao en Beijing
Un reporte del gobierno ha arrojado luz en el poco comentado problema del agua en China: la masiva contaminación de las capas subterráneas.
Sólo una pequeña parte de lo encontrado por la medición nacional parece haber sido publicado por el Ministerio de Tierra y Recursos. Pero aún así, pinta un sombrío panorama que los analistas dicen destaca nuevamente la gravedad de los problemas de contaminación del agua en el país, y el fracaso del gobierno para enfrentar los desafíos medioambientales.
Contiene además alarmantes revelaciones que apoyan las recientes advertencias del premier Wen Jibao respecto al empeoramiento de la calidad del agua, especialmente la contaminación de las fuentes de agua, de donde cerca del 70% de la población obtiene el agua que bebe.
Wen le dijo a la reunión del Consejo del Estado dos meses atrás que la contaminación del agua subterránea presentaba graves desafíos a la salud pública y amenazaba con descarrilar el desarrollo social y económico del país.
Su administración aprobó un ambicioso anteproyecto diez años para tratar el tema y prometió tenerlo bajo control para 2020.
Pero los analistas dicen que el nuevo compromiso de Beijing y los cerca de 59.000 millones de yuanes destinados para el plan podrían no ser suficientes para restaurar la confianza pública en su habilidad para frenar la contaminación, una creciente fuente de tensión y descontento.
Las autoridades están vociferando respecto a los crecientes problemas medioambientales y sus graves consecuencias, pero toda estas palabras tienen que trasladarse a pasos concretos para cambiar la situación. Más de 57% del agua subterránea es deficiente y 17% de calidad extremedamente pobre, de acuerdo a la medición de 182 ciudades el año pasado. Además, un marcado deterioro en la calidad fue visto ampliamente en las regiones del norte.