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Donald Trump le declara la guerra comercial a China

Ninguna potencia soberana podría aceptar las humillantes demandas que planteó EEUU.

Por: Martin Wolf, Financial Times | Publicado: Miércoles 9 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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La administración Trump le dio un ultimátum comercial a China. Eso fue en realidad el “borrador” de Estados Unidos para las negociaciones comerciales con funcionarios chinos en Beijing la semana pasada. China no podía acceder a sus demandas. La administración estadounidense es o muy ingenua que no entiende esto o muy arrogante que no le importa. Este podría ser un momento decisivo para las relaciones entre las dos mayores potenciales mundiales.

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EEUU demanda las siguientes “acciones concretas y verificables”. China debe reducir el desequilibrio comercial entre EEUU y China en US$ 100 mil millones en los doce meses que se inician el 1 de junio de 2018, y en otros US$ 100 mil millones en los doce meses que empiezan el 1 de junio de 2019.

China también debe eliminar inmediatamente todos los “subsidios que distorsionan el mercado” y producen exceso de capacidad. Fortalecer la propiedad intelectual y eliminar los requerimientos relacionados con tecnología para los joint ventures.

“Además, China acepta… dejar de apuntar hacia la tecnología y propiedad intelectual (de EEUU) a través de ciberataques, espionaje económico, falsificaciones y piratería. China también acepta obedecer las leyes de control de exportaciones de EEUU”.

Más aún, China retirará sus pedidos de consultas ante la Organización Mundial de Comercio en relación a acciones arancelarias sobre propiedad intelectual. “Además, China no tomará represalias… en respuesta a acciones que haya tomado o no EEUU, incluyendo nuevas restricciones de EEUU… China detendrá inmediatamente todas las acciones de represalia que esté realizando actualmente”.

China “no se opondrá, desafiará o… tomará represalias en contra de la imposición por parte de EEUU de restricciones a las inversiones de China en sectores tecnológicos sensibles para EEUU o sectores críticos para la seguridad nacional de EEUU”. Pero “los inversionistas estadounidenses en China deben recibir un acceso al mercado y tratamiento justo, efectivo y no discriminatorio, incluyendo la remoción de… restricciones a la inversión extranjera y requerimientos de propiedad extranjera”.

Al 1 de julio de 2020 China reducirá los aranceles en “sectores no críticos a niveles que no sean más altos que” los aranceles estadounidenses equivalentes. También abrirá el acceso a servicios y productos agrícolas como especifica EEUU. El acuerdo será monitoreado trimestralmente. Si EEUU concluye que China no cumple, podría imponerle aranceles o restricción de importaciones. China “no se opondrá, desafiará o tomará ningún tipo de acción en contra” de esas imposiciones de EEUU. China también retirará su denuncia ante la OMC de que no se le está tratando como una economía de mercado.

Petitorio ridículo

¿Qué se puede sacar de estas demandas? El pedido de una reducción de los déficit bilaterales en US$ 200 mil millones es ridículo. Demandaría que el Estado chino tome control de la economía, precisamente lo que, en otros aspectos, EEUU demanda que no haga.

Es una violación de los principios de no discriminación, multilateralismo y conformidad de mercado que apuntalan el sistema comercial que creó EEUU. Debería sentir vergüenza de sí mismo. Ignora la abrumadora probabilidad de que esto no reduzca los déficit de EEUU, en especial dada la irresponsabilidad fiscal de EEUU. Ignora los efectos adversos inevitables en otros países.

La demanda de que China tenga exactamente los mismos aranceles de EEUU es casi tan ridículo. No hay un argumento económico para eso. Sería mucho más razonable demandar que se mueva hacia el mismo arancel promedio de EEUU y la Unión Europea.

Debería haber una discusión seria sobre los términos de la inversión extranjera en China y la inversión china en EEUU. También debe haber una discusión sobre la protección de la propiedad intelectual y el ciberespionaje. Pero China nunca podría aceptar la idea de que EEUU pueda evitar que actualice su tecnología.

La noción de que EEUU podría insistir en un acceso sin restricciones para la inversión en China mientras se reserva el derecho de restringir la inversión china, como pretende, también debería ser inaceptable.

Por último, la idea de que EEUU sea juez, jurado y ejecutador, mientras a China se le quitan los derechos a una represalia o a buscar un recurso en la OMC es una locura. Ninguna gran potencia soberana podría aceptar esa humillación. Para China, sería una versión moderna de los “tratados desiguales” del siglo XIX.

EEUU está equivocado

Los estadounidenses parecen estar seguros de que pueden obligar a los chinos a aceptar sus términos, sin importar cuan tontos o humillantes sean. China de hecho se vería más afectada por una guerra arancelaria “ojo por ojo” que EEUU. Esto es porque sus exportaciones a EEUU empequeñecen a las de EEUU a China.

Un análisis reciente de la Hoover Institution sugiere que el crecimiento económico de China podría reducirse en 0,3 punto porcentual en una guerra comercial. Esto es mucho más costoso que para EEUU, pero sería superable para una economía tan dinámica como la china. Para los líderes chinos, esos costos se verían empequeñecidos ante los de una rendición abyecta.

Tanto económica como políticamente, EEUU está abordando esto de la forma equivocada, no sólo porque está buscando humillar a China, sino porque está simultáneamente haciéndole la guerra comercial a sus potenciales aliados. El camino correcto para todos sería hacer que la discusión sea multilateral, no sólo bilateral.

China debería reconocer que, aun cuando es un país en desarrollo en algunos respectos, también es una superpotencia. Debería adoptar los principios de la apertura y comercio liberal gobernados por reglas. Una renovación de la negociación comercial multilateral caducada, construida en torno a la apertura de la economía china, podría, como dicen los chinos, ser una “ganancia-ganancia” para todos. China debería asumir el liderazgo. Los europeos y japoneses deberían apoyar la idea.

Los estadounidenses que están más concientes del interés nacional que la administración deben entender que EEUU se verá a sí mismo solo si busca el conflicto. Eso es lo que debe pasar cuando un líder se convierte en un matón egoísta.

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