A medida que cae el precio del petróleo, los hacendados de Texas se están cambiando a un tipo diferente de aceite: el de oliva. El tradicional paisaje del estado, cubierto de torres de perforación, está dando paso así cada vez más a extensas plantaciones de olivos.
"Amo estos árboles, y amo verlos crecer", dijo Steve Coffman a Bloomberg hablando de sus 16 hectáreas de olivos plantados hace dos años en su rancho.
En el último tiempo Coffman no ha sentido el mismo cariño por sus pozos petroleros. "No puedo mirar, es deprimente", dice el terrateniente mientras saca su celular para comprobar los últimos precios del crudo.
Una fuerte caída en la cotización del petróleo tiene a los texanos buscando nuevas maneras de ganarse la vida. Cerca de 70 granjeros a través del estado están esperando sacar partido del creciente apetito de los estadounidense por el aceite de oliva, una pequeña parte de los últimos esfuerzos por diversificar la economía del segundo estado más poblado del país.
En 2013, granjeros de Texas plantaron alrededor de 500.000 árboles de olivos, una fuerte alza respecto de los 80.000 árboles de 2008, de acuerdo a cifras del Consejo del Aceite de Oliva de Texas. El consejo espera que dos millones de arboles sean planteados para el final de este año.
Creciente demanda interna
Estados Unidos está entre los principales consumidores de aceite de oliva del mundo, sin embargo produce sólo una fracción de su propio suministro. Alrededor de 97% del aceite de oliva usado en el país es importado, principalmente de Italia y España, de acuerdo a la Asociación Americana de Productores de Aceite de Oliva.
El último año, Estados Unidos importó US$ 1.100 millones en aceite de oliva, por sobre los cerca de US$ 400 millones de 2000, de acuerdo a cifras del Departamento de Agricultura.
Uno de los primeros cultivadores de olivos del estado y fundador del Texas Olive Ranch, Jim Henry dice que la tarea no ha sido fácil y que el clima en Texas puede ser caprichoso. Para el ranchero, el mejor lugar para el cultivo de las aceitunas está cerca de las regiones más templadas próximas al Golfo de México.
El olivo llegó a California a finales del siglo XVIII, de la mano de los monjes franciscanos quienes lo adquirieron de los misioneros españoles. California continúa siendo el principal productor de aceite de oliva de Estados Unidos. En 2013, el estado produjo aproximadamente 3,5 millones de galones, mientras que Texas produce menos de 15.000 galones por año.