Hites insiste en que no es propietaria de la ropa falsificada incautada y evalúa acciones legales

El caso de la presunta ropa falsificada en el retail vive un nuevo capítulo con una nueva empresa involucrada. En junio, tanto Calvin Klein como Levi’s se querellaron en contra de Hites por los cargamentos que Aduanas incautó tras determinar que se trataban de productos no originales.

Las prendas habían sido traídas a Chile por Kiki Imports, sociedad ligada a Andrés y Nicolás Hites –miembros de la familia que controla la empresa homónima- y que es uno de los proveedores contra los que se querelló La Polar.

“Hites no es propietario de la ropa aforada por Aduanas, ya que se trata de una operación de Kiki Imports que fue anulada en el mes de abril, antes que llegase a Chile”, aseguró la compañía mediante una declaración pública en la que anunció que solicitará el sobreseimiento definitivo de las acciones legales presentadas en su contra y que “evaluará otras acciones legales adicionales”.

Asimismo, el retailer sostuvo que informó “oportunamente” a Aduanas de la suspensión de esta operación, por lo que el servicio tendría los antecedentes de esa cancelación. Hites insistió en que su relación comercial con Kiki Imports fue “menor y ocasional” y que esta dejó de existir una vez conocidas las acusaciones en su contra.

La Polar, multitienda encabezada por el empresario Leonidas Vial, sostuvo que fue engañada por sus proveedores, entre los que se encuentra Kiki, y que estos le habían entregado documentación de trazabilidad falsa respecto de los productos por la que la demandaron marcas como Under Armour, Adidas, Wrangler y Nike.

En ese sentido, Hites esgrime que no se le puede atribuir la propiedad de un embarque que “fue anulado y no comprado” justamente por esos cuestionamientos.

Ambas querellas en contra de esta tienda son patrocinadas por Ignacio Martínez Cornejo, de AEM Abogados, mismo que, representando a Under Armour, inició con las acusaciones en tribunales en contra de La Polar en noviembre del año pasado.

En el caso de Calvin Klein, la querella se debe a una incautación de 17.968 unidades de boxers con un valor aduanero de US$ 54 mil. Por otro lado, la arremetida de Levi’s nace por la importación de 5.204 chaquetas de mezclilla. Ambas querellas aluden a errores en etiquetas, paquetes y/o costuras de las prendas que no corresponderían a las de los productos originales de las marcas.