Los controladores de la Embotelladora MC, cuyo caballito de batalla es la bebida Mc Cola, lograron que la junta de acreedores –liderada por los bancos Santander y De Chile- aprobaran la reorganización concursal de la empresa, cuyos pasivos superan los $ 6.800 millones.
Para esto, la familia Mubarak se comprometió a la venta de activos prescindibles y en el futuro conseguir un nuevo socio o proceder a la venta de la empresa.
Según los antecedentes presentados por la empresa, durante el 2017 registró ingresos por $ 2.871 millones, sus costos de explotación fueron de $ 2.620 millones, y registró pérdidas por $ 1.828 millones. A febrero de este año, la empresa informó activos por $ 7.664 millones.
A fines de marzo de este año, Jack Mubarak solicitó la reorganización concursal que establece la normativa de Ley de Insolvencia y Reemprendimeinto para evitar la liquidación forzosa de la compañía. La familia designó como abogado patrocinante a Gonzalo Torre Griggs, quien tuvo la misión de liderar las negociaciones con los acreedores.
Según el veedor, José Figueroa Barrueco, la compañía dejó de pagar el IVA, razón por la cual el mayor acreedor es el Fisco, que tiene como política no participar en los procedimientos de reorganización, "pero con quien han iniciado conversaciones para llegar a un acuerdo de pago", dijo, según el acta que aprobó la reorganización de la empresa el pasado 13 de julio.
En la misma se detalla el origen que llevó a que la empresa estuviera al borde de la quiebra: "Desde el año 2015 aproximadamente, a la fecha la empresa entró en una serie de dificultades financieras que han mermado su capacidad productiva, y generado un estado de insolvencia que la ha incapacitado de responder a sus acreedores. La razón de esto se debe básicamente a un crecimiento explosivo que no supo adecuarse a los periodos de baja en la economía en nuestro país, esto, unido a la errada toma de decisiones, que llevó a la compañía a un sobrendeudamiento, no pudiendo cumplir con sus obligaciones en el corto plazo".
Dado esto, la empresa mantiene "una importante deuda con el Fisco de Chile y con instituciones previsionales", razón por la cual sus dueños –dice la propuesta aprobada- decidieron hacer una reestructuración total de la compañía y así poder cumplir con sus acreedores a través de este acuerdo de reorganización.
Así, el clan se comprometió a ejecutar un plan de continuidad que considera la venta de un terreno y oficinas en Lampa y Peñalolén, que suman 14 mil metros cuadrados, además de las oficinas ubicadas en Av. Grecia, todo en un plazo de seis meses, prorrogable por el mismo plazo.
"Con el producto de esta venta, pagar créditos preferentes y privilegiados del presente acuerdo, lo cual rebajaría de manera importante el pasivo declarado", dice el acuerdo.
Junto a esto, la familia se comprometió a reestructurar completamente la estructura organizacional de la compañía, establecer un plan comercial y estrategia de venta, además de estudiar y ejecutar la apertura a nuevos mercados y nuevas líneas de producto.
"Paralelamente (...) los actuales socios de la empresa deudora buscarán la incorporación de un nuevo socio y/o inversionista a Industrial y Comercial Lampza S.A., con el objeto de que el capital que se aporte, sirva para mejorar eficiencia de la compañía, como asimismo para proceder al pago de la deuda del presente acuerdo de reorganización", dice el documento aprobado por los acreedores.
La junta designó a José Felizardo Figueroa Barrueco como interventor concursal, mientras que la comisión de acreedores quedó conformada por representantes de los bancos Santander, de Chile e Itaú Corpbanca.
"El acuerdo aprobado pondrá término a todos los juicios pendientes tanto civiles, penales, laborales, tributarios y otros, seguidos en contra la deudora o sus representantes legales, e iniciados por acreedores a quienes éste les afecte", dice al acta, en la que se añade que se eliminará a la empresa deudora de las bases de datos de morosidad.
Los orígenes
Fue en 2001 cuando Jacobo Mubarak apostó por el desarrollo de una bebida de fantasía. Una jugada arriesgada, considerando los grandes que participan en este negocio, las embotelladoras ligadas a Coca Cola y CCU.
El empresario apuntó a las denominadas marca B, creando Embotelladora MC, cuyo nicho eran las bebidas cola. Luego sumó más líneas de gaseosas, como aguas purificadas, saborizadas y funcionales, bebidas energéticas y néctar.
Tras 16 años, durante el año pasado, el creador de la compañía decidió vender la empresa. A fines de enero de este año recibió varias ofertas, las que fueron rechazadas.
Entre los interesados por la empresa, que no presentaron ofertas vinculantes, estuvieron la empresa peruana Grupo Aje, una de las compañías más grandes del mundo de bebidas clase B.
Hasta ahora, la Embotelladora MC comercializa la mayoría de su portafolio de productos en pequeños almacenes, cadenas mayoristas y supermercados regionales.
Apunta por un mercado medio-bajo, buscando diferenciarse por menores precios, dado que son las bebidas de marcas propias de las principales cadenas de supermercados.
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