Hasta la semana pasada, Snapchat era una de las compañías tecnológicas de moda, que prometía seguir los pasos de gigantes como Facebook y LinkedIn. A fines del año pasado la compañía se dio el lujo de rechazar una oferta de Facebook por US$ 3 mil millones.
Ahora, sus fundadores probablemente estarán lamentando su decisión, luego de que estallara un escándalo que pone en duda todo su modelo de negocios. La promesa de Snapchat para sus usuarios era que podrían enviar fotografías a sus amigos que después de unos pocos segundos, “desaparecerían para siempre”.
La promesa resultaba particularmente atractiva para un público joven, celoso de su privacidad, porque evitaba el riesgo de ver sus fotos publicadas en la web. Pero como todo en Internet, nunca nada desaparece. Sólo se esconde y basta un poco de talento tecnológico para recuperarlas.
La Comisión Federal de Comercio (FTC sigla en inglés) de EEUU estableció que los consumidores de Snapchat fueron engañados sobre “la información personal recolectada y las medidas de seguridad adoptadas para proteger sus datos del mal uso y la divulgación no autorizada”, señaló Christopher Olsen, director asistente de la División de Privacidad y Protección de Robo de Identidad de la FTC.
Las fallas en el sistema quedaron al descubierto luego de que a fines del año pasado un hacker accediera a los datos personales de 4,6 millones de usuarios de Snapchat.
Para seguir operando, la firma tuvo que aceptar duras condiciones de la FTC, incluyendo modificar sus afirmaciones en materia de privacidad, además de “implementar un programa de privacidad amplio que será monitoreado por un profesional independiente durante los próximos 20 años”. Cada punto que no cumpla les costará
US$ 16.000.
Yahoo saca ventaja
Pero más allá de eliminar su promesa de que las fotos desaparecen “para siempre”, no está claro cómo Snapchat podrá seguir adelante ahora que el principal atributo de su producto ya no existe. La empresa ha dicho que antes de que estallara el escándalo ya estaba haciendo planes para agregar mensajes de textos a su servicio. Pero está entrando tarde a un segmento que ya está saturado, con rivales como WhatsApp y Line.
La noticia de las acusaciones de publicidad engañosa se conocieron pocos días después de que Snapchat diera un importante paso para fortalecer su estructura reclutando a Emily White, de Instagram, y Peter Magnusson, de Google para altos cargos.
Pero los problemas de Snapchat pueden ser una oportunidad para otros competidores. Yahoo anunció ayer la compra de Blink una startup para mandar mensajes que se autodestruyen -similar a lo que prometía Snapchat- y que controlaría la privacidad mensajes y archivos enviados. La nueva CEO de Yahoo, Marisa Mayer, ha estado liderando una serie de adquisiciones para relanzar la compañía.