Consultada la estatal por la situación que se vive en EEUU y las mayores ventas que estaría realizando a dicho país, respondió a DF que “como Codelco mantenemos una fuerte relación con importantes clientes industriales en Estados Unidos, apoyando la cadena productiva para el desarrollo de insumos clave para la industria americana, en sectores como la seguridad energética, tecnología, construcción, automotriz y defensa”.
Así, para graficar lo que vive el mercado cuprífero de la primera economía, la empresa proyectó: “El primer trimestre de 2024 nuestros envíos de cátodos a Estados Unidos fueron 50 mil toneladas; este año, en el mismo período, podrían ser 50% superiores”.
Por su parte, el presidente del directorio de la compañía, Máximo Pacheco, valoró que la Casa Blanca haya optado por la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial para evaluar medidas sobre las importaciones de cobre y que no lo haya hecho a través de las facultades de la IEEPA (International Emergency Economic Powers Act), “que implicarían tarifas unilaterales y globales inmediatas”, dijo.
“Mantenemos una fuerte relación con importantes clientes industriales en Estados Unidos, apoyando la cadena productiva para el desarrollo de insumos clave”. MÁXIMO PACHECO, PRESIDENTE DE CODELCO
Dicha elección, a su juicio, “implica que habrá una comisión investigadora que analizará si hay dumping o no, cuánto cobre se importa, desde dónde, los usos y cuánto ellos exportan de chatarra, por ejemplo”.
Comentó a este medio que “anunciar esta comisión y no la IEEPA es un reconocimiento de la complejidad e implicancias estratégicas que tendrían los aranceles para la cadena de valor del cobre en EEUU”.
De todas formas, remarcó que “esta discusión está abierta” y que, por de pronto, “el mundo y EEUU necesitan cobre y la forma en que la industria se está ajustando es reacomodando los flujos de comercio”.
¿Beneficios (o no) para Chile?
Ante el reacomodo de los flujos descrito por Pacheco y el nuevo escenario para la industria del cobre, Álvaro Merino, de Núcleo Minero, considera que el contexto “naturalmente beneficia a Chile”.
Sin embargo, agrega, “una de las principales preocupaciones de la aplicación de aranceles y un escalamiento de la guerra comercial entre los dos gigantes del planeta, es el impacto que puede generar en la economía mundial”. Así, una posible recesión, por ejemplo, afectaría el precio del cobre.
El experto recuerda que por cada centavo de dólar promedio anual que disminuya el precio, Chile deja de percibir US$ 120 millones por concepto de exportaciones y el Fisco US$ 60 millones por menores ingresos provenientes de impuestos a la minería privada y excedentes de Codelco.
Por su parte, Juan Cristóbal Ciudad, de Plusmining, concuerda con que el mayor riesgo es el efecto de las tasas en el crecimiento de EEUU y de la economía global, que traería efectos negativos potenciales sobre la demanda de cobre.
De todas formas, indica que en el corto plazo “hay un beneficio directo” para Chile por el mayor precio.
Una vez instaurados los aranceles, no vislumbra problemas de mercados de destinos, “ya que la situación del mercado del cobre es de oferta restringida con sesgo a presentar déficit entre oferta y demanda”.