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Cuidar la salud mental desde la cuna: la prevención como necesidad

Por Carla Mariman, gerenta de clientes Mutual de Seguridad #SoyPromociona

Por: Carla Mariman, gerenta de clientes Mutual de Seguridad #SoyPromociona | Publicado: Viernes 6 de septiembre de 2024 a las 11:30 hrs.
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Carla Mariman, gerenta de clientes Mutual de Seguridad #SoyPromociona

En el ámbito de la salud, el control del niño sano ha sido una política pública fundamental para asegurar el desarrollo integral de nuestros menores, desde su nacimiento hasta los nueve años. Sin embargo, un componente esencial para enriquecer el bienestar integral al que se aspira, requiere de una mirada preventiva mayor en el ámbito de la salud mental de los niños. 

Los trastornos o enfermedades mentales en la infancia y adolescencia existen, pero tanto el diagnóstico como los tratamientos suelen darse tardíamente. ¿No sería necesario, entonces, implementar un control de salud mental para niños y adolescentes de manera sistemática y obligatoria?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que uno de cada seis niños y adolescentes en el mundo sufre de algún tipo de trastorno mental. En Chile, el Ministerio de Salud indica que aproximadamente un 20% de los niños y adolescentes padecen problemas emocionales o de conducta que requieren algún tipo de intervención.

De hecho, un estudio realizado por la Fundación Integra encontró que los problemas de salud mental en los menores de edad han ido en aumento, y las consultas psiquiátricas crecieron en más de un 30% en los últimos cinco años.

El estudio "La ciencia del desarrollo infantil temprano” de Harvard, señala que los problemas de salud mental en la infancia pueden afectar profundamente el rendimiento académico, la integración social y el desarrollo cognitivo. 

Intervenir temprano no solo mejora el bienestar del menor, sino que también reduce la carga futura en los sistemas de salud y educación. Además, el tratamiento precoz de problemas como la ansiedad, la depresión o los trastornos de conducta puede disminuir la probabilidad de involucrarse en conductas de riesgo durante la adolescencia, como el consumo de drogas o la deserción escolar.

Ante este panorama, es esencial que consideremos la implementación de un control obligatorio de salud mental en niños y adolescentes, de la misma forma que existe el control del niño sano, esto con la finalidad no solo de tener diagnósticos tempranamente, sino también de crear la conciencia de que cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo.

Un buen ejemplo a mirar es, una vez más, Finlandia, país que integró dentro de los chequeos médicos de sus escolares, la preocupación por la  salud mental. El contexto del aula puede ser el mejor escenario para visibilizar lo invisible y poner la salud mental al centro del bienestar infantil en Chile.

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