Gaza, Ucrania, cambio climático y democracia marcan la agenda en NY

El temor a una escalada del conflicto bélico en Medio Oriente, el dominio de las grandes potencias, la lucha contra el cambio climático y, en algunos instantes, la crisis en Venezuela fueron los temas que marcaron la primera jornada de la 79º Asamblea General de la ONU.

Por América Latina, el primero en subir al podio fue el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con un discurso marcado por las críticas ante la falta de diálogo a nivel global, que se vio evidenciado en la firma del Pacto para el Futuro.

También habló sobre los conflictos Rusia-Ucrania e Israel-Palestina: “Estamos en un momento de creciente angustia, frustración, tensión y miedo, porque estamos ante una alarmante escalada de disputas geopolíticas y rivalidades estratégicas”, dijo. La desglobalización y el cambio climático, con la Amazonía viviendo la peor sequía de los últimos 45 años, se sumaron a los llamados del mandatario.

Después fue el turno de su par colombiano, Gustavo Petro, quien entregó un duro discurso de 18 minutos plagado de críticas. Tuvo palabras en contra de su homólogo argentino, Javier Milei, al hablar sobre el poder de los más ricos. “Están obsesionados con el libre mercado y esa obsesión nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida”, dijo.

Luego se refirió a lo “poco escuchados” que son quienes tienen poco poder en el mundo. “La capacidad de comunicación de un Presidente depende de la cantidad de dólares que tenga en su presupuesto, de su cantidad de aviones de guerra y de la capacidad de destrucción”, indicó.

Respaldó a Palestina al criticar al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu; y sobre Venezuela, aunque no habló de las polémicas elecciones, calificó al país de “rebelde” cuando se opuso a los bloqueos económicos.

Por su parte, el salvadoreño Nayib Bukele exaltó los logros de sus primeros cinco años de Gobierno: “Hoy el mundo ve a El Salvador y se pregunta: ¿cómo una nación puede levantarse en tan poco tiempo? Pero tal vez deberían preguntarse: ¿cómo es que el mundo está cayendo tan rápido?, sostuvo.