Reforzar potencial de crecimiento, elevar inversión y modificar impuestos: la foto de la OCDE para Chile
El organismo estima que la economía chilena habría crecido un 2,4% el año pasado, para moderarse a un 2,3% este ejercicio y a 2,1% en 2026.
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Chile necesita reforzar su potencial de crecimiento. Así lo indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su último Estudio Económico para el país, presentado este miércoles.
El organismo estima que la economía chilena terminó el 2024 con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,4% y que este año se expandirá 2,3% y desacelerará a 2,1% el próximo.
Y si bien observa un regreso a su tendencia de crecimiento, tras el recalentamiento que sufrió después de la pandemia, la convergencia de los ingresos del país con las economías más avanzadas de la OCDE se ha estancado desde 2012, debido a la disminución de la productividad y el debilitamiento de la inversión, agrega el reporte.
“Las perspectivas de crecimiento a largo plazo de Chile dependerán en gran medida de su capacidad para hacer frente a los obstáculos estructurales para elevar la productividad y la inversión, al tiempo que aumenta el espacio para el gasto público”, dice el informe.
De esta manera, la OCDE sugiere que para estimular el potencial de crecimiento son necesarios esfuerzos para aprovechar las transiciones digital y ecológica e impulsar una mayor participación de la mujer en el mercado laboral.
En cuanto a la inflación, se estima que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) pasará del 4,3% en 2024 a 4,2% durante este año y que converja a 3,2% en 2026. Mientras que indica que el Banco Central “ha relajado significativamente la política monetaria en un contexto de expectativas de inflación firmemente ancladas y de descenso previsto de la inflación”.
Elevar la inversión
En cuanto a la inversión, la OCDE indica que se ha recuperado lentamente tras la época de la pandemia, pero precisa que barreras estructurales que persisten desde hace tiempo impiden que Chile alcance a las economías más avanzadas en productividad y nivel de vida.
La formación bruta de capital fijo pasará de una caída de 1,3% en 2024 a un balance positivo de 4,6% en 2025 y 2,5% en 2026, estima el organismo con sede en París, Francia.
“La ralentización de la economía, la limitación de los mercados de capitales, la incertidumbre política y una política monetaria restrictiva que ha dado lugar a condiciones crediticias restrictivas han lastrado la inversión empresarial tras la pandemia”, dice el informe.
También apunta a que el potencial de crecimiento a medio plazo es debilitado por los permisos largos y complejos, las escasas competencias digitales, la escasa adopción de la tecnología digital por parte de las Pyme y la persistente baja participación de la mujer en la población activa.
No obstante, también afirma que la aplicación de la nueva estrategia nacional de integridad pública y de la ley de contratación pública reducirá los riesgos de corrupción y fomentará la competencia.
“Chile está bien posicionado para beneficiarse de la transición ecológica gracias a su elevado potencial de energías renovables y a sus grandes reservas de litio y cobre, minerales fundamentales para la electrificación”, indica la OCDE y recomienda que se promueva la inversión, agilizar los procesos de regulación, garantizar una mano de obra adecuadamente preparada y desarrollar las capacidades técnicas del Estado, protegiendo al mismo tiempo los recursos hídricos y la biodiversidad.
Más espacio fiscal
En el plano fiscal, la OCDE estima que el espacio de maniobra del Gobierno en materia de gasto se ha ido reduciendo en la última década por el aumento de la deuda, el bajo crecimiento económico y el mayor gasto público.
Además, indica que los ingresos tributarios -cercanos al 21% del PIB- son “insuficientes” para cubrir las necesidades de gasto y futuras presiones fiscales que se darán en la transición ecológica y digital.
“El Gobierno está aplicando un programa de reformas que se compromete a aumentar el gasto permanente sólo si aumentan los ingresos estructurales”, advierte la entidad.
Y agrega que para situar la deuda en una senda decreciente y hacer frente a las necesidades de gasto “serán necesarios mayores ingresos fiscales y una mayor eficiencia del gasto”.
“Una reforma fiscal global puede aumentar el espacio fiscal”, dice el informe y apunta a que debe contemplar la posibilidad de aumentar los ingresos procedentes del impuesto sobre la renta de las personas físicas, reducir la presión fiscal sobre las empresas, aumentar los impuestos sobre los bienes inmuebles y los impuestos medioambientales y sobre el tabaco, aunque sean transitorios.
Todo mientras se reducen gradualmente las deducciones y exenciones regresivas del impuesto sobre la renta. Al igual que reducir la evasión fiscal y mejorar la eficiencia del gasto.
“Chile cuenta con un sólido marco fiscal que puede reforzarse aún más, sobre todo de cara a la transición verde”, indica la OCDE y destaca la regla fiscal de doble objetivo, el robustecimiento del Consejo Fiscal Autónomo (CFA) y recomienda que a medida que evoluciona la industria del litio, la regla fiscal debe garantizar que se ahorren las ganancias inesperadas.
Además, señalan que se deben integrar los riesgos fiscales asociados al cambio climático en el marco presupuestario a medio plazo y en los análisis de sostenibilidad fiscal a largo plazo para crear un espacio fiscal que permita absorber las pérdidas.