Ayer se cumplió un primer hito para el Ministerio de Hacienda, en el marco de sus actuales esfuerzos por revertir el incumplimiento de la meta fiscal en 2024, que lo obligó a recortar el gasto público en US$ 1.500 millones el año pasado y que lo tiene replicando ese esfuerzo en el actual ejercicio.
0,5% del PIB debiera ser el recorte, según el CFA.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha señalado que para cuantificar el ajuste presupuestario a realizar este año, hay una serie de factores que deben estar sobre la mesa: el informe final de Cuentas Nacionales, dado a conocer ayer martes por el Banco Central y que dio cuenta de un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,6%, mejor a lo anticipado; un reporte encargado al Fondo Monetario Internacional (FMI) para evaluar las brechas entre ingresos tributarios proyectados y efectivos en Chile, que incluirá recomendaciones al respecto y que se dará a conocer este mes; y el cierre del ejercicio 2024 de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), cuyos resultados debieran publicarse en los próximos días.
Con estos antecedentes sobre la mesa, Teatinos 120 tomará una decisión respecto de la magnitud del ajuste a realizar, ya que podrá determinar la brecha final entre el déficit estructural proyectado y el resultado definitivo del 2024 y, en consecuencia, el panorama para el 2025. Las cifras preliminares dan cuenta de un saldo negativo de 3,2% del Producto, en circunstancias de que el objetivo era un 1,9% del tamaño de la economía.

¿Y para 2025? El objetivo de Hacienda es llegar a un saldo negativo de 1,1% del Producto, mientras que la proyección más reciente apunta más bien a un déficit de 1,6% del PIB.
Marcel anunció este martes, en el marco de una extensa presentación sobre materias fiscales en un seminario en el Banco de Chile, que a mediados de abril se dará a conocer el ajuste definitivo para el erario de este año, así como una serie de medidas correctivas para retomar la senda fiscal. Aquello ocurrirá en el marco del Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre, que dará a conocer ante el Congreso en conjunto con la directora de Presupuestos (Dipres), Javiera Martínez.
La magnitud
Hacienda no se ha quedado de brazos cruzados. Ya en enero, aplicó un ajuste de gasto por US$ 635 millones, un 0,2% del PIB, ejecutando el acuerdo alcanzado con el Legislativo para despachar el erario 2025. Luego subió la vara a US$ 700 millones. El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha calificado de "insuficientes" estos esfuerzos y ha planteado que se requiere un recorte adicional por US$ 1.554 millones, lo que equivale a 0,5% del Producto.
Pese a que la economía creció por sobre lo esperado el año pasado, los analistas enfatizan que la situación fiscal no cambia sustancialmente, por lo que confirman la necesidad de un recorte de la magnitud que propone el CFA para cumplir las metas presupuestarias de este año.
El exdirector de Presupuestos y académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la U. de los Andes, Matías Acevedo, estima que luego del PIB de 2024, el déficit estructural podría corregirse a 3,3% del PIB por efecto del menor ajuste cíclico de los ingresos estructurales
Para el economista jefe de Bci Estudios, Sergio Lehmann, la cifra de crecimiento 2024 no modifica el escenario fiscal, ya que el impulso el año pasado vino en lo grueso por exportaciones. "La demanda interna, especialmente relevante para la recaudación de IVA a través del consumo de hogares, resultó algo bajo lo anticipado", plantea. Así, recalca que el ajuste fiscal requerido para el año sigue situado en torno a US$ 2.000 millones "de forma de alcanzar el objetivo de déficit establecido en el Presupuesto".
El economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), Juan Ortiz, explica que el cierre fiscal preliminar del 2024, con un déficit efectivo de 2,9% del PIB, déficit estructural de 3,2% del PIB y deuda bruta de 42,3% del PIB, tiene como base un PIB nominal de $ 307.018 miles de millones estimado para 2024. Ahora, con el PIB nominal para 2024 de $ 311.631 miles de millones, implicaría que el déficit efectivo se reduzca en el margen a 2,8% del PIB, mientras la deuda bruta alcanzaría un 41,6% del PIB, cifras levemente inferiores al IFP del cuarto trimestre.
"Esto constituye por sí mismo una buena noticia, pero no modifica el escenario base a nivel fiscal y la debilidad del mismo. En este sentido, el impacto en el déficit estructural sería acotado, tal como el efecto en el déficit efectivo indicado anteriormente, teniendo en cuenta la incidencia leve del nuevo nivel de PIB en la brecha del PIB, utilizado para el cálculo de los ingresos estructurales", ejemplifica, señalando que esto arrojaría un nivel de recorte algo menor a lo que estima el CFA, "lo cual no evitará sin duda que el Ejecutivo tenga que realizar un ajuste fiscal significativo para evitar la debacle del año 2024".
La economista senior de LyD, Macarena García, argumenta que los ingresos fiscales no dependen solo del PIB, sino que también en parte importante del consumo y de la inversión, "los cuales fueron menores a lo esperado por la Dipres". Por tanto, el resultado final es mixto, dice.
"Adicionalmente, la ejecución presupuestaria de enero de este año mostró una caída de los ingresos (de 1,1% eliminando el efecto del impuesto sustitutivo que es transitorio), lo que deja de manifiesto que podrían recaudar menores ingresos fiscales incluso que lo esperado", anticipa. La especialista pone otro antecedente sobre la mesa: el recorte estimado de US$ 1.500 millones propuesto por el CFA se calculó considerando los ingresos proyectados por la propia Dipres. "Por tanto, si además incorporamos que la ejecución de enero del 2025 mostró un desempeño negativo de los ingresos sin impuesto sustitutivo, es muy probable que no se cumplan las proyecciones de la Dipres de un crecimiento de 8,4% para los ingresos del año, dejando así subestimado el ajuste necesario para cumplir la meta de balance estructural".
El ajuste adicional de US$ 1.554 millones sigue siendo necesario, plantea la directora del Centro de Estudios Financieros (CEF) de la Universidad de los Andes, Cecilia Cifuentes: "Esto porque los ingresos tributarios estimados para 2025 parten de una base para 2024 que no se logró, que estaba fuertemente sobrestimada. Entonces, para lograr el resultado estimado para 2025 los ingresos tributarios tendrían que crecer a una tasa imposible".
Mientras que el decano de Economía de la Universidad San Sebastián, Alejandro Weber, expone que aunque parezca contraintuitivo, el mayor crecimiento del PIB, al alejarse de la tendencia (entre 2% y 2,5%), implica un mayor ajuste cíclico y, por lo tanto, un menor gasto compatible con la meta.
"Esto significa que el déficit estructural superará el 3,2% informado preliminarmente. Es decir, la necesidad de un ajuste fiscal sigue más vigente que nunca. Es difícil en un año electoral, pero la política fiscal no puede politizarse. El último IFP muestra que tendremos holguras negativas para el mediano plazo (2026-2029) por US$ 6.000 millones, pero nuestros cálculos en la USS muestran que estas serán por lo menos de US$ 14.000 millones. Esto significa que los compromisos de gasto son mayores que nuestros ingresos en esa magnitud, deteriorando aún más el déficit", agrega el exsubsecretario de Hacienda.