Baja productividad le ha restado 0,5 punto al crecimiento anual de la economía en la última década
Informe del OCEC-UDP advierte que el factor tecnológico ha mostrado un rendimiento decreciente en los últimos 10 años, explicando parte importante de la contracción de la PTF desde inicios de los 2010.
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La economía chilena lleva prácticamente una década creciendo a un ritmo en torno al 2%, lo que implica haber dejado atrás las expansiones superiores a 5% observadas entre las décadas de los ‘90 y los 2000.
Entre los factores que lo explican, según se ha mencionado, ha estado el agotamiento de las fuentes de crecimiento, nuevas regulaciones implementadas en el período e, incluso, la denominada “permisología”, un lomo de toro para las inversiones. Pero, por sobre todo, ha habido un impacto del descenso de la productividad, medida tradicionalmente como la productividad total de factores (PTF), compuesta por capital y trabajo, entre otros ingredientes.
Un informe elaborado por el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) identifica cuánto le ha restado al crecimiento de la economía chilena el magro desempeño de la PTF, que luego de expandirse durante las primeras dos décadas desde el retorno a la democracia, ha pasado a tasas negativas desde los 2010 a la fecha.
Entre 2006 y 2015, la PTF cayó 0,2% promedio, cifra que repuntó a 0,1% en el quinquenio 2016-2020. ¿Y entre 2021 y 2023? El indicador retrocedió 0,7%.
El reporte de los investigadores Juan Ortiz, Valentina Apablaza y Miguel Lorca cuantifica que la pérdida de productividad ha tenido un “alto costo” en el bienestar social para el país, traduciéndose en un 0,5% menos de expansión anual del Producto Interno Bruto (PIB) desde el año 2013.
Entre 2006 y 2015, la PTF en promedio cayó 0,2%, cifra que repuntó a un crecimiento de 0,1% en el quinquenio 2016-2020. ¿Y entre 2021 y 2023? El indicador ha retrocedido 0,7%. Todo aquello contrasta con el crecimiento de 3,3% entre 1991 y 1995, de 1,6% entre 1995 y 2000, y de 1,3% entre 2000 y 2005.
Una economía ineficiente
De este menor dinamismo reciente, un 94% se debe a la ineficiencia técnica y un 6% a la ineficiencia asignativa, calcula el informe.
Por ineficiencia técnica, los investigadores se refieren al menor rendimiento asociado a burocracias, baja gestión empresarial o imprevistos que no permiten producir al máximo nivel de capacidad para una determinada combinación de los factores productivos; por ineficiencia asignativa, cuando la combinación de los factores productivos no necesariamente es la óptima o más eficiente para el desempeño de la economía.
Otra de las conclusiones del análisis es que de haber eliminado dichos niveles de ineficiencia, el crecimiento acumulado de la economía chilena habría sido de 8,2% en los últimos dos años, equivalente a un 4,1% promedio anual, en lugar del 1,7% de crecimiento promedio.
“El desarrollo económico en el largo plazo depende fundamentalmente de la productividad. Países que logran un crecimiento sostenido de la productividad en el tiempo han logrado mayores niveles de desarrollo y bienestar económico”, recalcan los investigadores.
Medición alternativa
El documento explica que existen diversas metodologías para medir la productividad total de los factores, siendo la denominada “contabilidad del crecimiento del PIB” la más utilizada. La PTF representa la variación del Producto que no puede explicarse por acumulación de factores productivos y sus ajustes.
“Sin embargo, al permitir retroceso técnico, la contabilidad del crecimiento dificulta una identificación adecuada sobre qué elementos explican la dinámica de la productividad a lo largo del tiempo”, es una de las afirmaciones del estudio. Retroceso técnico se refiere a la consideración metodológica de que la economía siempre está en la frontera de posibilidades de producción (o también conocido como el Producto potencial) y no existe ineficiencia. Por lo tanto, en períodos de crisis económica, este método asume la existencia de un retroceso técnico, como una caída en los niveles de tecnología utilizada y/o destrucción del conocimiento adquirido hasta ese entonces, junto con la inexistencia de ineficiencia o capacidad ociosa.
“Este supuesto no se ajusta a la realidad actual, donde cada vez resulta más fácil y barato almacenar y trasmitir conocimientos e información, junto con replicar o adquirir nuevas tecnologías”, señalan los investigadores.
Así, recurren a un método alternativo de medición: la metodología Free Disposal Hull (FDH) y de números índices, que permite un análisis más completo de la PTF y su composición. Al excluir la posibilidad de retroceso técnico, se puede identificar el aporte de la adopción tecnológica, eficiencia técnica y la combinación óptima de los factores productivos (eficiencia asignativa) en la evolución de la productividad.
Los resultados muestran una fuerte adopción tecnológica en Chile que explica gran parte de las ganancias en productividad hasta el año 2007, pero desde 2013 hay un “estancamiento” de la absorción tecnológica que impide expansiones de la frontera de posibilidades de producción y una PTF que presenta una tendencia decreciente, explicada principalmente por variaciones de la eficiencia técnica.
Un ejemplo simple que mencionan los investigadores es que, con la evolución tecnológica y la globalización, se ha hecho relativamente más barato usar capital tecnológico en lugar de trabajo en los procesos productivos. Por lo tanto, es esperable que aumente el nivel de capital tecnológico respecto al nivel de trabajo utilizado, resultando en la automatización de procesos y actividades.
“Un ejemplo de elementos que pueden estar resultando en ciertos niveles de ineficiencia asignativa es la indemnización por años de servicio, donde si bien las empresas debiesen reemplazar trabajo por capital tecnológico, no lo hacen por el costo y la falta de liquidez para pagar dicha los elevados montos asociados a dicha indemnización, lo que genera un impacto en la productividad agregada de la economía”, sostienen.